Por Marco Antonio Cortez Navarrete
Es inevitable, no puedo quedarme callado y evitar hablar de una auténtica leyenda del boxeo, Mike Tyson, quien en días pasados a sus 58 años de edad subió al ring —dos décadas después de su retiro— para desafiar no solo al tiempo sino a un oponente de 27 años que como es lógico ganó la pelea pactada a ocho rounds cada uno por dos minutos.
Michael Gerard Tyson, nombre de quien en su momento fuera una auténtica fiera sobre los encordados, nació un 30 de junio de 1966 en la caótica ciudad de Nueva York, con una niñez y adolescencias complejas Tyson logró superar las condiciones de su entorno y encontró en el boxeo la mejor manera para salir adelante y ser alguien en la vida.
Tyson es también alguien que creció sin la figura de un padre, en el seno de una familia con problemas económicos, que conoció la violencia desde muy chico en las calles de New York, que perdió a su madre a los 16 años y también a Cus D’Amato, su tutor y primer maestro en el boxeo, a los 19 años.
El llamado “Iron Mike” o
“Kid Dynamite” está considerado uno de los mejores boxeadores de peso pesado de todos los tiempos. Reinó como campeón mundial indiscutible de peso pesado de 1987 a 1990. Ganó dos veces el título mundial en la categoría de peso completo y es, hasta hoy, el pugilista más joven de la historia en conseguir un título mundial recordando que un 22 de noviembre de 1986 arrebató el cinturón de la WBC a Trevor Berbick cuando apenas tenía 20 años, 4 meses y 22 días de edad.
Mike Tyson quien durante su reinado acumuló —según estimaciones, unos 60 millones de dólares, derrochándolos hasta quedar en la quiebra— fue también el primero en ostentar simultáneamente los títulos del WBA, WBC y del FIB y el único peso pesado en unificarlos sucesivamente hasta que cayó víctima de los obuses de de James “Buster” Douglas, en 1990 y después de defender su corona en nueve ocasiones.
Es así como en días pasado Tyson, a los 58 años de edad, notorios en su rostro y escasa movilidad de piernas, decidió subir de nuevo a un ring ante miles de aficionados al boxeo y millones más que lo vieron por medio de plataformas digitales. Recordando sus 50 victorias, 44 de ellas por la vía del cloroformo, Iron Mike puso punto final a su larga trayectoria exponiendo su vida ante un joven de 27 años, Jake Paul, quien dominó de principio a fin el combate llegando al grado y por respeto de no maltratar o hacer daño a su oponente Tyson que demostró su espíritu combativo pero se vio que los 58 años de edad no pasan en balde.
Durante la pelea se registraron 60 millones de espectadores activos que sintonizaron la plataforma de Netflix para ver la pelea entre Paul y Tyson, además de que en las taquillas del AT&T Stadium se registró una ganancia de 18 millones de dólares, para romper el récord que tenía el mexicano Saúl Canelo Álvarez con 9 millones.
Las historias en torno a Tyson son muchas y una de ellas tiene que ver con el actor Brad Pitt y la que fue la primera mujer de Iron, Robin Givens. Los medios relatan que todo ocurrió antes de que Pitt fuese reconocido a nivel mundial por su papel en ‘Thelma y Louise’, la película de Ridley Scott.
Era el año 1988, Pitt tenía 25 años de edad y tuvo la mala fortuna de conocer a Mike Tyson en la peor de las situaciones. El boxeador ya era una estrella y estaba en pleno divorcio de la actriz Robin Givens.
En esa época, Givens comenzó a verse con Brad Pitt, y durante uno de sus encuentros mientras estaban en la cama apareció Tyson, el hombre más temido del planeta. En una entrevista para el programa “The Real”, recordó que “él (Pitt) debía estar borracho o algo, me imploraba que no le pegara y me decía que solo estaban repasando un guion”. Muchos se preguntarán lo que ocurrió, pero no pasó nada, Tyson se encontraba en un momento complicado a nivel emocional tal y como destaca, admitiendo que “estaba en un coma emocional. Habían aplastado mi corazón y eso me dejó completamente abrumado”.
¿Y quien es Jake Paul? bueno es un muchacho que se hizo muy popular en la ahora cerrada aplicación Vine y después en YouTube, donde desde 2014 ha ido alimentando a una millonaria comunidad sin demasiadas pretensiones vitales con sus acrobacias exageradas, su visión de la música y sus peculiares rutinas diarias.
Lo que viene a ser un influencer al uso, pero elevado al cubo. Y también fue actor durante un breve período, protagonizando la comedia ‘Bizaardvark’ de Disney Channel junto a Olivia Rodrigo antes de que le “invitaran” a dejar el programa en 2017.
PD. Por el espectáculo del fin de semana pasado Jake Paul se embolsó 40 millones de dólares y el “viejo” Tyson 20 millones de dólares. ¿Nada mal para tener 58 años de edad?…no cree.