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La vida de miles de mexicanos en los hombros de un hombre

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.

La humanidad enfrenta un momento crucial, tal vez el momento más complejo y delicado desde la Segunda Guerra Mundial.

Hoy no son las armas sofisticadas, creadas por el hombre mismo para su auto aniquilación, tampoco fenómenos naturales que azotan regiones enteras sembrando muerte y desolación, no; hoy la humanidad enfrenta a un microscópico organismo que, increíblemente ha paralizado las dinámicas económicas y políticas y puesto en jaque las destrezas de líderes y los estadistas que, obsesionados, luchaban entre sí para ostentar poder, un poder absoluto, y hoy, no saben muchos de ellos qué hacer o decir.

Hoy este microorganismo nos está poniendo a prueba. Ha sembrado muerte, terror, desolación, angustia, dolor, desesperación y nadie, nadie a ciencia cierta, sabe hasta dónde llegará y cuál finalmente será el daño que heredará.

Su origen aún es incierto, la desesperación a veces nos hace señalar y hasta culpar a una milenaria cultura, sobrepoblada sí, que en su afán de vivir tiene que recurrir a cualquier ser viviente -con excepción de sí mismos-, para alimentarse y poder sobrevivir como los 6 mil millones más de seres humanos que hacemos lo mismo todos y cada uno de nuestros días de existencia.

Hay muchas teorías acerca del origen de este minúsculo ser vivo: ¿producto de la sobrepoblación mundial?, ¿de la imparable destruccion del medio ambiente?, ¿de la mutación de especies? y hasta del mismo hombre que en en el afán de poder absoluto -comentan algunos- creó a este espécimen como una herramienta para la selección de la especie, es decir vivirá el más apto, el más sano, el más joven y el más fuerte.

¿Guerra bacteriológica? ¿por qué no?, podría ser, habría que comprobarlo y tal vez esto sea cuando las futuras generaciones aclaren y digan con fundamento en mano ¿qué pasó en el año 2020?.

Por lo pronto, este elemento que ronda los continentes se estaciona en bloques geográficos y hace de las suyas a quienes al parecer lo subestimaron o no tomaron las medidas con tiempo. Es increíble que de Asía migre en días a Europa y ahí se ensañe en países como España e Italia y en menor grado Francia.

En cuestión de días llegó también al país más poderoso del mundo, Estados Unidos, en hizo su epicentro en la Gran Manzana, ciudad de las más cosmopolitas del mundo.

Canadá se ha blindado, Rusia con su eterno y poderoso líder también, Oriente Medio hace lo que puede, a las naciones como Australia, Nueva Zelanda e Islandia, el mar, aparentemente, los ha protegido y llegamos finalmente a nuestra región: latinoamericana donde está nuestro país Mexico y geográficamente más abajo centroamérica y sudamérica, además de la región Caribe.

Más allá del líder que tenemos y del cual me niego hablar, sí, el mismo que 30 millones de compatriotas le dieron su voto para que tomara las riendas del presente y futuro de nuestra nación, “YO CONFÍO EN LA PERSONA QUE MANEJA LA ESTRATEGIA SANITARIA PARA ENFRENTAR Y FRENAR AL DEPREDADOR”.

Sí hablo de Hugo López Gatell, un científico con experiencia y es suficiente remontarnos a 2009 cuando nos pegó el H1N1, él estuvo también al frente y salió, salimos avantes. Y digo confío porque tengo que hacerlo. El señor Lopez Gatell, estoy seguro, nunca pensó vivir otro escenario aquel de 2009 pero no fue así y aquí está de nuevo para hacer lo que todos esperamos, superar la crisis sanitaria y salvar a los más susceptibles, a los más vulnerables de enfermarse y de perder la vida.

Hoy Mexico y sus recientes generaciones tienen ante sí un nuevo reto, quienes han visto otros fenómenos similares -como un servidor- la esperanza de salir una vez más adelante.

Los dejo con este breve pensamiento que espero cale y haga reflexionar: -Nunca pierdas la esperanza. Las tormentas hacen a la gente más fuerte y nunca duran para siempre”. Roy T. Bennett

PD. Lo que dijo el empresario Ricardo Salinas (con quien no simpatizo para nada porque, como el virus, en un experto depredador) me hizo reflexionar. ¿Tal vez en sus palabras -dichas ante sus amigos fifís como él- haya algo de cierto. Ruego a Dios se equivoque. Dijo: Si no morimos de la pandemia, moriremos de hambre…

Por parte, como mexicano, me dirigido al Presidente López Obrador y le digo que hoy tiene en sus manos el destino no de 30 millones sino de 130 millones de seres humanos.

Hasta la próxima. Que Dios me los cuide. Tengan Fé.

Marco Cortez Navarrete
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