Había habido un conjuro. O algo así. Un juego de encantamientos, como decían en el tan fascinante Don Quijote. Y la flor permanecía algo así como dormida… Los pequeños la miraban, le ofrecían agua, acariciaban sus pétalos con ternura… Y ella lo agradecía, y les regalaban brisas de aroma delicioso! Lo que no podía era sentir dolor…
El gato sin querer le arañò unas hojas y no sintiò nada, ni se enterò. Se cayò una de las pequeñas y se lastimò la rodilla, pero la flor pareciò no darse cuenta, en otra ocasiòn hubiera empatizado con la niña… Entraba mucho sol por la ventana y se le quemaba todo su cuerpo, y sin embargo no parecía notarlo. Qué raro…
Al llegar la noche concluyò el hechizo…
Dicen que la familia estaba viendo las noticias en la televisiòn, y que lo que escuchò la flor la hizo llorar tanto que las lágrimas no se acababan…
No sé, mi plegaria para tanto dolor
Dedicado a las personas que sufren, a las personas de mi alma y a Luisito, que por supuesto está en mi alma