La lágrima era pequeña, redonda, calentita… Era suave, como la brisa de abril. Desde las húmedas pestañas del hombre se deslizò por su noble mejilla… era tímida, resbaladiza, etérea…
La piel de él estaba un poco bronceada, y era firme y tersa, y la lágrima la recorría despacio, muy despacito… era el suyo un caminar muy semejante a un peregrinaje, silencioso, sobrio, puro…
Desde la barbilla del tipo la lágrima se cayò al suelo… fue un largo viaje por el aire, sensorial, un viaje que terminò en el suelo. Sobre el polvo de la arena… allí la lágrima permaneciò muy pensativa…
Había sido un arrebato de emociones… Todo tan bonito! El hombre había llorado de felicidad… Se encontraba en el campo… Y junto a un torero había estado enseñando a jugar con capotes a niños enfermos…
Qué hermosura…
Dedicado a mi torero y a mi mago
Dedicado a las personas con sensibilidad
Dedicado a Conrado
Dedicado a mi Luisito