Días previos al registro de las candidatas y el candidato a la presidencia, considero se registra —en las diversas plataformas digitales— una feroz disputa entre las y los protagonistas del proceso electoral del 2 de junio, incluyendo a los militantes, los simpatizantes, los medios de comunicación, las y los analistas, las y los comentaristas y el público en general.
Desde mi punto de vista, tanto los aspirantes al máximo cargo ejecutivo nacional así como quienes buscan ganar las gubernaturas, alcaldías, diputaciones, y demás cargos, ya decidieron que el ring para dirimir sus diferencias son las redes sociales, al menos en este momento.
Creo que a partir de ahora y hasta que se realicen las votaciones, el 2 de junio, las plataformas digitales serán quienes tengan el control de la difusión e información de los mensajes políticos, para uno y otro lado.
Evidentemente, los medios de comunicación, incluyendo a los ya inmersos en redes sociales, saturarán también los mercados con alusiones a tal o cual aspirante. Será algo así como “una intensa diarrea propagandista” la que suframos quienes tendremos la obligación de acudir a las urnas para decidir quienes —según la oferta— están mejor preparados para tomar las riendas del futuro, en lo económico, en lo político y en lo social, así de fácil.
Lo dije antes y lo repito: Los dueños de los medios de comunicación —todos en general—, ya se frotan las manos esperando recibir una tajada del pastel elaborado para financiar las campañas políticas, todas, que aunque austeras, según la presidencia, representan una enorme cantidad de dinero que muchos no alcanzan a imaginar.
Además, si ganan los “gallos” a los que apuestan —los medios de comunicación— celebrarán incluso con sus trabajadores, pero pasados los días esa euforia se diluirá y finalmente serán los dueños quienes disfrutarán de las mieles de la o las apuestas realizadas.
Esta bien, acepto y reconozco que son los empresarios quienes aportaran dinero, instalaciones, equipos, tecnología y sobre todo y lo más valioso, recursos humanos para que gane la o el indicado.
El detalle, como siempre, será que los trabajadores, sus trabajadores, continuarán dando la cara por el medio en cuestión recibiendo el mismo salario y, en muchos casos, sin las prestaciones de ley, e incluso desechándolos una vez ya utilizados.
Veamos como se pone este asunto. Por lo pronto disfrute el fin de semana ya que “hasta las y los políticos se toman sus recesos”.
