Ella estaba cansada de tanta proliferación de palabras sin el más mínimo sentido. Escribir algo vacío, absurdo.. incluso con faltas de ortografía.. no servía para nada. Era algo simplemente tonto.. Y a ella le desagradaban las cosas tontas.
.. como profesora de aquellos pequeños de nueve años, y como española, siempre se sentía en la obligación de aportar mucho. Y le encantaba sentirse así. Un maestro es un transmisor de cultura. Y ella desde niña se había querido dedicar a la enseñanza..
Aquel día propuso que pintaran de azul las hojas que previamente repartió. Ver a cada alumno con los dedos manchados de azul fue hermoso. Después les dijo que anotaran cosas, en tono blanco, que anotaran ideas, pensamientos, propuestas…
Ya les había explicado el día anterior qué es el autismo. Ellos comprendieron.. y en las hojas escribieron: Soy como tú. Comprendo pero necesito tiempo. Ser diferente no es ser malo. Y muchas otras cosas: escribieron letras y palabras con contenido. No tontas!
Ella estaba feliz. Además de leer y hacer un montón de cosas propias del temario, ella les hablaba de Talavante y Juli; les contaba de flamenco; les ayudaba a entender qué es algo como el autismo; les animaba a crear; les invitaba a opinar…
Dedicado a cada persona de alguna manera u otra relacionada con el autismo
A los buenos profesores
A las letras y palabras que tienen un sentido: no Vale nada escribir cOsas sin criterio que no eXpresen nada
A Talavante
A Juli
A Luis
A mi amiga Ana: te adoro
Al flamenco
A Manolo
Y a las personas que hacen las cosas bien hechas