El exmandatario de Honduras Juan Orlando Hernández salió de prisión tras recibir un indulto total otorgado por el expresidente de Estados Unidos Donald J. Trump. Hernández, quien había sido condenado en 2024 a 45 años de cárcel por conspiración de narcotráfico y delitos relacionados con armas, recuperó su libertad a comienzos de diciembre de 2025.
El registro del sistema carcelario de Estados Unidos confirmó su liberación el lunes, luego de que se formalizara el perdón. Su esposa, Ana García, expresó su alivio por redes sociales, declarando que «tras casi cuatro años de dolor, de espera y de pruebas difíciles, mi esposo … volvió a ser un hombre libre», gracias al indulto presidencial.
El indulto se produce en un contexto de polarización en Honduras: apenas unos días antes se celebraron elecciones generales, en las que Trump respaldó al candidato del partido en el que militó Hernández.
La decisión ha generado fuertes críticas a nivel internacional. Expertos y exfuncionarios han cuestionado la coherencia del gobierno estadounidense: mientras afirma liderar una guerra contra el narcotráfico, concede el perdón a un político condenado por traficar grandes cargamentos de cocaína hacia EE. UU.
El caso de Hernández —quien gobernó Honduras entre 2014 y 2022 y fue extraditado en 2022 a Estados Unidos— había sido emblemático: su condena de 45 años representaba uno de los golpes más fuertes al tráfico de drogas en Centroamérica.
La liberación inmediata tras un indulto completo reabre interrogantes sobre la separación de poderes, la justicia internacional y la influencia de la política en decisiones penales. En Honduras y en la región, muchos observadores anticipan debates sobre impunidad, rendición de cuentas y relaciones entre estados en materia de narcotráfico.


