El presidente de México, Enrique Peña Nieto reconoció con toda claridad el que muy probablemente sus cercanos colaboradores le han ocultado cosas con el fin de no inquietarlo; sin embargo, el mandatario expresó que esa actitud le frustra y le ha enojado. Puntualizó que no soporta que lo engañen ni le oculten cosas. Remató al indicar que no quiere ser un Presidente al que todos le digan sí, sí lo que usted diga Presidente. Más voy a reconocer y agradecer –subrayó- que me digan las cosas como realmente son a que solo sean consecuentes o sólo complacientes con el Presidente.
Vaya, definición exacta en labios del titular del Poder Ejecutivo Federal, magnitud que podría servir de modelo nacional ante las adulaciones innecesarias tanto para quienes a diario las surten como para quienes las reciben. Y precisamente el máximo líder moral del partido en el poder lo apunta. El ejemplo debería de tomarse en serio, en ese mensaje presidencial Peña Nieto, seguramente, dijo lo que quería manifestar desde hace cierto tiempo.
Sin embargo, en el ámbito nacional se vive, todos los días con esos afectos exagerados de una y otra parte. Balcones que han servido para que muchos puedan ejercer ciertos dominios sobre sus jefes, las melodías al oído y algunos secretos compartidos son las fortalezas de ascensos incluso en bandas económicas, según se desprende de estudio realizado por estudiantes de reconocido centro educativo de Guadalajara, Jalisco.
Enrique Peña en ese encuentro centrado transmitido por televisión a nivel nacional, volvió a la carga y sentenció que prefiere que una persona le diga que se equivocó y cometió un error “a que intente dibujarme o maquillarme sus errores”. En el ejercicio universitario se detalla que ese tono vigoroso del Presidente de México debería de ser una excelente oportunidad para que los políticos de alta responsabilidad en las entidades federativas ya puedan tocarle la retirada a ese tipo de personas que como sentencia el propio Peña Nieto, no son productivos ni de beneficio.
El Presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos Walter terminó reconociendo la sensibilidad del Presidente Enrique Peña Nieto por el veto a la Ley general de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, muy publicitada y promovida, en su momento por el centro empresarial nacional; sin embargo al conocer ciertos mecanismos que podrían perjudicar su correr de negocios, optaron por entrar en negociaciones para evitar esas aplicaciones; pero, a decir de expertos en esa materia olvidaron, en sus carreras por cuidarse, el lograr el objetivo central de un paso más hacia la consolidación del Sistema Anticorrupción, vaya, dejaron tirados a miles y miles de ciudadanos que, incluso, estamparon sus firmas de adhesión.
Se demuestra, una vez más en nuestro México, el calibre de la integridad de personajes, sectores; así como el lineamiento vertical o no, de lo que se ofrece en plazas, foros, escritos como puntos demagógicos, ya no solo salidos del nicho de políticos puros, sino de los adherentes empresarios que no están dispuestos a ceder en nada de las mieles de la abundancia. Como efecto, se puede desvanecer la credibilidad crítica de un importante sector, que al menos en esta ocasión, quedó corto, exhibido en el entorno nacional, muy probablemente por una jugada maestra de los operadores del poder y del Congreso de la Unión. Real y verdadero, agregó, un enlace nacional desde la Ciudad de México.
En tanto en Yucatán, el diputado federal, Francisco Torres Rivas, con ese estilo de permanecer en el ánimo del electorado, dicen que, realiza una objetiva evaluación de lo alcanzado, no solo en el apartado legislativo, de gestoría y medios; sino, de la penetración que ya tiene tanto en su distrito como en Mérida en general. Comentan que pidió que le den cifras reales, nada de presentaciones bellas pero inciertas.
Hay la intención de complementar el trabajo de varios años, incluso con estafetas de inclusión que en el pautado rítmico de la política engalanan las sumas y multiplicaciones que son separadas de las trasnochadas restas y divisiones. Desde su equipo de labores en Yucatán se inyecta buen ánimo ante esta retroalimentación que podría potencializar sus servicios, gestorías, territorios y sectores, todo elocuente para lo que se ofrezca en el banderín del 2018.
Como se dijo en su momento, en los procesos dinámicos de objetivos a mediano plazo la sobre exposición de la figura trae sus propios y conocidos riesgos. Yucatán aún padece de ese glosario de ataques desde centros exclusivos para ello, con la extensión de algunas manos para hacer teclear puntos de referencia previamente acordados, según sale en la reciente reunión extraordinaria de los agentes de los palacios. Los movimientos subterráneos del 18, ya van surgiendo cada día con mayor intensidad y tino en sus intentos por disminuir la lista de suspirantes por la silla mayor que dejará al concluir su mandato constitucional don Rolando Rodrigo Zapata Bello.
Los puntuales agentes de los palacios resaltaron el ataque a quema ropa disparado al Senador de la República, Daniel Ávila Ruiz, quien de manera pronto ripostó con toda libertad incluyendo hasta la dirigencia de su propio partido, el PAN, al conectarlo con las redes del PRI; y es que don Daniel puede estar bien informado de ciertos movimientos al interior del PRI con el PAN, pues desde hace años se dice que trabaja en mancuerna con conocido legislador federal priista. En esas tonadas de hacer la segunda o primera voz al recibir información confidencial para lo público. En fin, una trama que se vivió en los recientes procesos electorales en 12 estados del país y en la Ciudad de México. Es más, de los mismo, y posiblemente de los mismos. Nada nuevo, puntualizó, veterano comunicador con su sitio de noticias por las redes sociales. Hay que seguir pendientes todos, pues hay varios frentes ya en plena acción.