El arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, hizo un llamado a ser tolerantes y a respetar lo distinto que tiene cada persona y no juzgar, en el marco de la homilía que se llevó a cabo en la Catedral de esta capital yucateca.
El párroco se refirió a las conocidas parábolas del trigo y la cizaña y de la semilla del grano de mostaza, a lo cual añadió el consejo de “no dejarnos contaminar, seguir siendo trigo y para pedir que los que hoy son cizaña, algún día se conviertan y pasen a ser trigo”.
“Dios tiene paciencia misericordiosa, Dios da oportunidad para que los que obran el mal, se arrepientan y cambien, nosotros tenemos que aprender a convivir con todo tipo de personas, las que creen y las que no creen, las buenas y las malas, las que piensan como nosotros y las que piensan diferente”, mencionó.
“Hoy en día hay muchos pecadores, que ni siquiera se dan cuenta que son pecadores, porque este ambiente en el que vivimos, les ha adormecido la conciencia”, destacó el padre.
Asimismo indicó que es importante, “conservarnos como trigo, nunca como cizaña, es importante tolerar y respetar a los que son distintos de nosotros, no juzgarlos y dejar el juicio en las manos de Dios, pero tampoco contaminarnos”.
“Así son las obras del reino de Dios, así son las obras de las fundaciones de los santos, como San Ignacio de Loyola, de San Benito, de Santo Domingo, la de San Francisco y de la madre Teresa, que empezaron con dos o tres hermanos y ahora hay miles por el mundo”, destacó.
Destacó que el reino de Dios crece y “cuántas personas que antes ni se acercaban a Dios y vivían en pecado, pero escuchan la palabra y empiezan a cambiar y a crecer espiritualmente y llega el momento que creció tanto el reino de Dios en ellos, al grado de que pueden animar a otros en la fe, en la esperanza y en la caridad, así es el reino de Dios, empieza pequeño y luego crece”, concluyó.
