Lo que importa se guarda en el corazòn. En el alma. En la piel. Entre las pestañas y los sonidos. En los recuerdos. En la verdad…
A Matías se le había muerto su perrito. A Iria su primer novio la había engañado con “una mayor y más mona.” Para Belén, de Valladolid, no habría más playa hasta Semana Santa. Y Pedro, novillero joven con ilusiones, debía despedirse de la que había sido receptora de sus más dulces besos. María sufría la traiciòn de la que considerara una buena amiga, pues ella no la había apoyado en la enfermedad de su padre. Todo parecía triste.
Entonces Carmen, con sus ojos de azabache y su sonrisa etérea y sincera, puso una brizna de alegría a un día aciago. Explicò que lo que importa se guarda en el alma y en lo profundo, en lo de verdad. Y lo que no importa… Se olvida, se aprende del error y se olvida… A María la animò a pasar página con aquella persona que no merecía su afecto y a centrarse en sus reales amistades. A los demás los hizo guardar un detalle valioso en una cajita, y también en la memoria…
Y después todos escucharon el sonido de una guitarra en el agosto que languidecía…y se sintieron mejor…
Dedicado a un excelente mes de agosto
Dedicado a Marta, y a la memoria de su abuelo
Dedicado a mi niño Luis