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Los 5 momentos más incómodos del debate entre Donald Trump y Hillary Clinton

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Los debates presidenciales en Estados Unidos suelen ser instancias que ayudan a los
candidatos a inclinar la balanza. Sin embargo, esta vez era distinto.

El segundo debate de cara a las
elecciones del 8 de noviembre podía marcar un punto de no retorno para Donald Trump y, por ende, abrirle el camino rumbo a la Casa Blanca a Hillary Clinton.

Luego de que el viernes se publicara un video de
2005 en el que Trump hace comentarios obscenos sobre mujeres y presume de
agredirlas sexualmente, el candidato republicano ha tenido las peores horas
desde que lanzó su campaña presidencial.

Varios destacados republicanos le retiraron su
apoyo y anunciaron que no iban a votar por él, e incluso hubo quienes dieron un
paso más y le pidieron que renuncie a su postulación.

Sin embargo, Trump consiguió cerrar
el nefasto fin de semana manteniéndose aún en pie. Pero, ¿qué pasó exactamente
en el segundo intercambio entre los candidatos a a Casa Blanca? Te contamos
cuáles fueron los cinco momentos más importantes del segundo debate presidencial.

1. Los escándalos sexuales

Tal como era de esperarse, el
citado video Trump fue mencionado en los primeros minutos del debate.

Después de varias repreguntas de
parte de uno de los dos moderadores, Anderson Cooper, finalmente Trump negó
haber hecho cualquiera de las cosas de las cuales alardea en el video, como
besar y manosear a mujeres sin su consentimiento.

Y luego contraatacó: “Si
miras a Bill Clinton, lo suyo es mucho peor. Lo mío son palabras y lo de él
fueron acciones”.

Desde el primer debate
presidencial, el 26 de septiembre, Trump venía anunciando de forma más o menos
explícita que este domingo trataría los escándalos sexuales del pasado de Bill
Clinton.

Su promesa
se cumplió una hora antes de que siquiera comenzara el debate en la Universidad
de Washington, en San
Luis, una ciudad de Misuri.

Trump
ofreció una conferencia de prensa con tres mujeres que acusan al ex presidente Bill Clinton de acoso
sexual y una cuarta que fue violada por un hombre que Hillary Clinton defendió
como abogada décadas atrás.

Las
mujeres, Paula
Jones, Kathleen Willey, Juanita Broaddrick y Kathy Shelton,
aparecieron luego en el debate como invitadas personales de Trump.

Hillary
Clinton evitó hablar de las cuatro mujeres y de las acusaciones de Trump en
general citando a la primera dama Michelle Obama: “Cuando ellos golpean bajo,
nosotros nos elevamos”.

2.
¿Hillary a la cárcel?

El escándalo de los correos
enviados por Hillary Clinton usando un servidor privado mientras fue secretaria
de Estado es una de las controversias que persiguen a la candidata demócrata y,
como era de esperarse, fue mencionado durante el segundo debate.

Al igual que había hecho en el
primero, Clinton dijo que se hacía responsable de su error y que, después de
investigar, el FBI descartó presentar cargos contra ella.

Trump, por su parte, prometió que
de llegar a la presidencia, creará una fiscalía especial para volver a examinar
el caso de Clinton.

La demócrata respondió que era
“muy bueno que alguien con el temperamento de Donald Trump no sea
responsable de las leyes” en EE.UU.

Y él contraatacó: “Porque
estarías en la cárcel”.

Este comentario, que provocó risas
y aplausos en el público, ha sido condenado tanto por demócratas como por
republicanos.

El ex
fiscal general Eric Holder, quien trabajó durante el mandato de Barack Obama, tuiteó:
“En Estados Unidos no amenazamos con encarcelar a oponentes políticos.
Donald Trump dijo que lo haría. Está prometiendo abuso de poder
presidencial”.

Por su
parte, Ari Fleischer, secretario de prensa de la Casa Blanca durante la
presidencia de George W. Bush y votante
de Trump, escribió en Twitter que “los presidentes no amenazan con
procesar a individuos”.

3. La
confirmación sobre los impuestos

Desde el inicio de su campaña, el
magnate de bienes raíces y candidato presidencial se niega a publicar sus
declaraciones de impuestos, algo que no es obligatorio pero es una costumbre de
transparencia en la política estadounidense.

Una semana
antes del debate, el 2 de
octubre, el diario estadounidense The New York Times publicó documentos
vinculados a la supuesta declaración de impuestos de Trump para el año 1995.

Según los documentos, en ese
entonces el empresario declaró pérdidas de más de US$916 millones. Como
consecuencia, eso le podría haber permitido no pagar nada en impuestos sobre la
renta federal por un período de 18 años.

Cooper le preguntó a Trump:
“¿Usaste la pérdida de US$916 millones para evitar pagar impuestos
federales personales sobre la renta?”. Y el candidato respondió: “Sí,
por supuesta que lo hice”.

4. El enfrentamiento Trump-Pence

Así como los debates
presidenciales son muy importantes en las elecciones estadounidenses, los de
vicepresidentes suelen ser intrascendentes. No fue el caso del disputado entre
Mike Pence y Tim Kaine el 4 de octubre.

Para muchos conservadores, la
seguridad que mostró Pence durante el debate fue un respiro. Incluso varios de
los republicanos que durante el fin de semana le pidieron la renuncia a Trump,
propusieron que le cediera el puesto a su vicepresidente.

En el debate presidencial, Trump
desacreditó públicamente a Pence, exponiendo tensiones con su compañero de
fórmula.

Un integrante del público le
preguntó al republicano si, como había dicho Pence, Estados Unidos debería
estar preparado para usar la fuerza contra objetivos militares del gobierno
sirio.

“Él y yo no hemos hablado y
estoy en desacuerdo”, dijo Trump. “Creo que debemos atrapar al (grupo
autodenominado) Estado Islámico. Tenemos que preocuparnos por el Estado
Islámico”.

Tras el debate incluso hubo
rumores de que Pence podría bajarse de la vicepresidencia. Sin embargo, el
gobernador de Indiana acalló las especulaciones al tuitear una felicitación a
Trump y agregar: “Orgulloso de estar a tu lado”.

5. Elogios mutuos

La última pregunta del debate fue
también realizada por un integrante del público y resultó de lo más inusual:
“¿Podrían decir algo bueno el uno del otro?”.

Luego de las risas nerviosas del
público, Clinton comenzó con su respuesta: “Respeto a sus hijos, son muy
capaces y devotos, y eso dice mucho de Donald”.

“No estoy de acuerdo con casi
nada de lo que hace o dice, pero respeto eso”, agregó la demócrata, quien
a lo largo de su campaña se ha mostrado como una madre y abuela cariñosa en un
intento por quitar la imagen de persona fría que algunos le atribuyen.

Por su parte, Trump elogió que
Clinton “no abandona, no se rinde. Es una luchadora”.

“No estoy de acuerdo con eso
por lo que ella pelea, no estoy de acuerdo con sus decisiones, pero es una
luchadora”.

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