Para Renán Barrera candidato ganador del PAN a la alcaldía de Mérida, vienen tres años de intenso trabajo, mayor compromiso, de retos más fuertes y metas más altas luego de obtener la mayor votación a su favor en una elección intermedia.
—Los meridanos nos ponen la vara más alta, tenemos que alcanzarla —reconoció el ganador de los comicios del domingo pasado en Mérida.
—Vamos a presentar un nuevo Plan Municipal de Desarrollo en el que se contemplen todas las nuevas necesidades que recogimos en la campaña —explica el candidato ganador.
Y es que con sus buenos gobiernos, la atención a los servicios, la administración de sus programas, así como la respuesta de sus autoridades, Mérida se ha convertido en la mejor ciudad para miles de personas, por su calidad de vida y por sus oportunidades de desarrollo.
Refrendar por segunda ocasión la alcaldía para el trienio inmediato, además de haber sido alcalde hace seis años, se dice fácil pero no lo es. Renán obtuvo resultados que superaron por 3 tantos a sus adversarios e hizo posible que los diputados locales y los federales también registraran altos resultados.
Volver a ganar casillas de fraccionamientos que tuvieron problemas serios con las pasadas lluvias, refrendar el triunfo ante sectores cada vez más críticos y vecinos exigentes, confirma que una mayoría de meridanos evaluó bien su trabajo, pero sobretodo que está de acuerdo con habitar en esta ciudad por su calidad de vida.
Inevitable camino
A sus 42 años, con los resultados obtenidos y habiendo refrendado la confianza ciudadana, el político panista se perfila en forma directa para ser el sucesor del gobernador Mauricio Vila, a cuyo triunfo contribuyó Renán ya en dos ocasiones: cuando lo sucedió como alcalde en Mérida y cuando hicieron mancuerna al ganar ambos sus actuales cargos de elección popular.
Es decir, Vila fue alcalde en buena medida porque la sociedad refrendó su voto para el PAN, tras la gestión de Renán que estaba por terminar. Calificarlo bien y darle otro triunfo a su partido fue un respaldo del votante para la gestión de Barrera. Y luego Vila fue gobernador cuando juntos hicieron campaña y sumaron las simpatías del electorado, logrando muy alto resultado en todo Mérida, yendo en mancuerna.
Antes, hace nueve años, Barrera recuperó la alcaldía de manos del PRI —tras un período de gobierno de 18 meses que resultó desastroso para los meridanos— y lo obligó a dar resultados inmediatos para retomar el tiempo perdido: sin recursos, o más bien, poniendo dinero bueno para cambiar lo malo, en vez de continuar mejorando. El retroceso de la ciudad fue evidente de cómo la había entregado el alcalde anterior, César Bojórquez pues aumentaron los baches, se apagó la iluminación de la ciudad y colapsó la recolección de basura, al “quebrar” los priistas, las otrora finanzas sanas.
En resumen, Renán nunca ha tenido el camino fácil, menos ha podido llegar a las contiendas con pleno respaldo de su partido, fruto de los procesos internos donde también ha tenido que contender contra otros adversarios y avanzar desde atrás.
Incluso ha sido considerado como antagónico del gobernador de Yucatán en todas sus postulaciones: frente a Beatriz Zavala en cuyo equipo estaba el señor Vila y luego ante Cecilia Patrón quien hace un año era considerada la próxima candidata a la alcaldía a propuesta de Mauricio Vila, lo que finalmente no ocurrió.