Sic Sac, por: Elda Clemente Reyes
Las investigaciones judiciales y detenciones se han convertido en tema de agenda nacional. Con la extradición de Emilio Lozoya Austin, suman más de 15 personajes “ilustres” señalados por la 4T en actos de corrupción, ejercicio indebido de la función pública, fraude, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y asociación delictuosa, de los cuales 4 se encuentran en prisión y 2 en proceso.
Para protegerlo a su llegada a México la Fiscalía General de la República, usó un señuelo (como en las películas de acción) que se dejó grabar por la lente de todos los medios de comunicación mientras el verdadero Lozoya llegaba al Hospital Privado Ángeles del Pedregal, por un supuesto cuadro de anemia y malestar general.
Llamó mucho la atención la confusión del presidente Andrés Manuel López Obrador, al informar que ya se encontraba en el Reclusorio Norte y el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, cayó en contradicciones dejando la responsabilidad de informar al titular de la FGR Alejandro Gertz Manero.
A simple vista pareciera un desliz del presidente, una falta de comunicación con sus subalternos, pero la importancia del caso no permite margen de error, lo están cuidando al ser un “testigo protegido o colaborador” porque tal vez, hay muchos implicados que quisieran callarlo. Se habla también de sus vínculos con la mafia rusa y blanqueo de capitales. Todo un “angelito”.
La mayoría de los nombres revelados son figuras del sexenio anterior, el gobierno federal sabe que los mexicanos esperan ver resultados más allá de los expedientes y carpetas de investigación. Un prestigiado diario nacional reveló hace un año, que se prepara una jugada a tres bandas desde Nueva York que le caería a la 4T como anillo al dedo y nuevamente el compromiso de Trump con AMLO de combate a la corrupción se estaría cumpliendo.
Varios detenidos han librado procesos penales, como el caso de la maestra Elba Esther Gordillo, incluso si las declaraciones de Lozoya suman más detenciones, el exdirector de Pemex podría librar la cárcel y le devolverán sus bienes si así lo determina la Fiscalía.
Las pesquisas judiciales apenas empiezan y surgen algunas preguntas: ¿Qué fue lo que negoció para aportar información? ¿Los peces gordos del sexenio Peñista pisarán una celda? ¿Habrá castigo para todos? ¿Tendrá un costo irreversible para la oposición? Pronto lo sabremos.
Exhibir la complicidad de opositores se ha convertido en oxígeno para AMLO al subir su popularidad al 68 por ciento. Imagínense el rating que tendría si llega a poner tras las rejas a un expresidente.
El jinete justiciero de la 4T cabalga en caballo de hacienda.