Contacto con la Política Nacional, por: Baltasar Barbolla.
CDMX.- Si
me hubieran dicho hace unos años que Lula
volvería a ser presidente de Brasil, hubiese pensado que era una broma pues
parecía que las acusaciones de corrupción en su contra y su encarcelamiento le
habían quitado toda viabilidad política. –dijo la empresaria para continuar la
plática de ésta semana, como es tradición, en el Balmoral- No cabe duda de que
el mundo da muchas vueltas ya que hoy vemos a Lula, después de una reñida
elección, ganar la presidencia de su país por tercera ocasión.
-Y vaya que fue reñida. -asintió el editorialista- Luiz Inácio “Lula” da Silva venció el 30
de octubre a Jair Bolsonaro en
segunda vuelta por poco más de 1.5%, lo cual equivale aproximadamente a 2
millones de votos. Lula obtuvo el 50.9% de los votos, mientras que Bolsonaro el
49.1%.
-Los resultados de la segunda vuelta fueron más
cerrados que los de la primera. En la primera ronda, que se llevó a cabo el 2
de octubre, Lula tuvo el 48.4% de los votos y Bolsonaro el 43.2%. Como ninguno
obtuvo más del 50%, fue necesaria la segunda vuelta. -explicó el analista
-Llama la atención que el actual presidente brasileño,
Jair Bolsonaro, haya tenido tal respaldo en la primera vuelta y un crecimiento
tan significativo en la segunda. -observó la periodista- Su administración ha
generado muchas polémicas por sus atentados contra los otros poderes estatales
y su pobre respuesta ante el Covid-19.
-Así es, amiga periodista. El presidente Bolsonaro se
refirió al Covid-19 como una “gripita” y sostuvo que se le daba demasiada
importancia. Esta postura sobre la pandemia ocasionó que Brasil acumulara más
de 680,000 muertes registradas por el coronavirus, lo cual posicionó a este
país como el segundo con mortalidad más alta de acuerdo a la población.
-Esto que mencionan es de relevancia pues su gestión
del Covid-19 hizo que su imagen de “villano” se consolide a nivel mundial.
-opinó el escritor- Y es que desde antes de la pandemia ya se le consideraba un
mandatario autoritario con posturas homofóbicas, racistas y en contra de la
protección del medio ambiente. Esto último fue particularmente preocupante pues
Brasil alberga la mayor parte de la selva amazónica y ésta sufrió una intensa
deforestación durante el gobierno de Bolsonaro.
-Este autoritarismo y postura plenamente anti-derechos
fueron clave para la victoria de Lula pues muchas personas que nunca hubiesen
votado por él lo hicieron por rechazo a Bolsonaro. Esto es importante ya que, a
pesar de la alta estima que le tiene la izquierda latinoamericana a Lula, en su
país no había tenido buena imagen en los últimos años debido a los casos de
corrupción que envuelven a su partido, el Partido de los Trabajadores (PT), los
cuales resultaron en su encarcelamiento y en la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff. -hizo saber el
consultor
-En efecto, amigo consultor. -asintió la abogada- De
hecho, esto que mencionas se puede apreciar en lo parejas que fueron las
elecciones pues fue una contienda en la que chocaron el anti-bolsonarismo
contra el anti-petismo y ganó por poco margen el anti-bolsonarismo. Los estados
históricamente con menores capacidades económicas y las zonas urbanas
demostraron ser anti-bolsonaristas, mientras que los estados más ricos y las
zonas rurales se mostraron como anti-petistas.
-El rechazo que le tienen a Lula en las entidades más ricas y en las zonas rurales se debe a
que el próximo presidente brasileño es considerado de izquierda y progresista.
Entonces, los grupos con mayor poder económico ven a Lula como un riesgo para
sus fortunas y las zonas rurales no coinciden con su postura progresista.
-expuso el analista
-Si bien, es cierto que Lula da Silva es considerado de izquierda y progresista, el
proyecto de campaña que impulsó para la presente elección está posicionado en
el centro del espectro político. Lo anterior debido a que Lula se alió con
partidos de distintas ideologías para poder hacer frente al autoritarismo de
Bolsonaro. -señaló la periodista- Esto no fue sólo discurso, sino que las alianzas
eran palpables. Tanto así que Geraldo
Alckmin, histórico adversario de Lula, será el próximo vicepresidente.
-Incluso con la alianza centrista de Lula da Silva,
los resultados fueron muy parejos como ya mencionamos varias veces, pero lo
reitero pues creo que demuestra la dura polarización que hay en Brasil. Este
será el mayor reto que tendrá que afrontar el próximo presidente y no será nada
sencillo hacerlo ya que, con las protestas que se han llevado a cabo tras la
elección, podemos corroborar el profundo rechazo que le tiene gran parte de la
población brasileña.
-Las protestas han sido significativas. -intervino el
político- Poco después de que se diera a conocer la victoria del PT, comenzaron
bloqueos en carreteras por parte de civiles inconformes. Se estima que el
martes habían cerca de 270 bloqueos en todo el país y que disminuyeron a 167 el
miércoles luego de que Bolsonaro aceptó la transición y les pidió a sus
seguidores que se manifestaran de una manera más pacífica.
-Igual pudimos ver que miles de seguidores de
Bolsonaro se reunieron enfrente de cuarteles militares a lo largo de todo el
país para exigirle al Ejército que interviniera en la elección pues no estaban
conformes con los resultados. -añadió la abogada- No olvidemos que Jaír Bolsonaro, antes de ser político,
fue militar por muchos años y tenía una imagen de violento y autoritario.
-El presidente Bolsonaro tardó 2 días en pronunciarse
sobre la elección lo cual fue criticado pues creó incertidumbre e hizo que sus
simpatizantes protestaran con mayor intensidad. En su primer mensaje a la
población tras los comicios, aceptó el inicio de los procesos de transición,
pero no concedió haber perdido y mandó mensajes ambiguos a sus seguidores sobre
las protestas. Sin embargo, horas después salió a medios y pidió explícitamente
que dejaran de hacer bloqueos por el impacto que estaban teniendo en la
economía del país. -interrumpió el consultor
-Qué bueno que Bolsonaro haya aceptado el proceso de
transición de gobierno pues por momentos parecía que estaríamos ante una
situación preocupante. Esperemos que esta disposición se mantenga hasta el 1 de
enero del próximo año, fecha en que Lula asumirá por tercera vez en su vida la
presidencia de Brasil. -concluyó la empresaria- Hay buenas expectativas en
torno a su gobierno debido a su fuerte agenda social y a que, cuando fue
presidente antes, Brasil tuvo un desarrollo extraordinario y se posicionó como
líder mundial. Ojalá Lula pueda repetir aquellos resultados en este país tan
importante para América Latina.