La vida en rosa, por: Nidia Sánchez
Cuarenta años de carrera prolífica como
caricaturista celebró el 2 de agosto pasado Óscar Manuel Rodríguez Ochoa: Luy,
en la que destacan su tenacidad e ingenio que le han llevado a la escena
internacional con publicaciones en más de cien países a lo largo de su
reconocida trayectoria.
En nuestro país, su paso por las redacciones en los
periódicos El Universal, Excélsior, Ovaciones, La Jornada, El Economista, El
Financiero, y muchos más, dan cuenta de su humor y trabajo cuidado en la
caricatura política.
Ha colaborado en la ilustración para diversas
editoriales y ha sido Época quién le ha
confiado más de cincuenta cuentos clásicos infantiles, ha realizado además
trabajos de dibujo, retrato, es autor de los libros: Tras Tristes Trazos; No
todo se llevaron la risa me dejaron; La Guerra en Trazos; Foxenio.
Nos abrió la puerta para conocer algunos detalles de
su carrera poco conocida y Luy comenta que comienza sus primeros trazos en El
Vocero Patronal, un semanario que imprimía la empresa Grupo México (dedicada a
la administración, recursos humanos e investigaciones laborales) propiedad de
su tío José de Jesús Hernández Muñoz, quien notó el talento en sus trazos,
donde permaneció de 1981 a 1985.
El dato curioso en la carrera del maestro Luy es que
se interesa en hacer contacto con periódicos el 18 de septiembre de 1985 -un
día antes del terremoto que marcó la historia de nuestro país-, consiguió que
le abrieran las puertas en Claridades, de Morelos, también en Avance, del
Estado de México, donde la caricatura e ilustraciones que le solicitaron
después de haberlas terminado quedó imposibilitado de entregarlas ante la
tragedia que había dejado a esta ciudad casi incomunicada y con sectores
acordonados.
Su interés por compartir la caricatura lo llevó
también en sus primeros años de carrera a tocar las puertas de los periódicos
Nuestro País, Cuestión, que era un periódico de la tarde, Verdades, luego la oportunidad
de integrarse a la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, al acudir a una primera
reunión en la oficina del abogado Pedro Luis Hernández, ya que el edificio
donde tenían sus oficinas en la calle Havre había resultado dañado por el
sismo, les presentó una caricatura para publicar en su revista, donde quiso
darse a conocer entre el gremio de caricaturistas y periodistas aspirando cada
vez a estar presente en más medios informativos.
En la carrera ascendente existe un parteaguas en la
historia personal del maestro Luy cuando al formar parte diversos medios, el 31
de octubre de 1985 se trasladaba a Tlatelolco y caminaba con sus trabajos en
mano, al cruzar la avenida Manuel González, la obsesión por el trabajo lo
distrajo y en contraflujo lo arrolló un camión cuando se trasladaba a entregar
algunos bocetos a Juan Sánchez Mendoza. Cae a causa del golpe y se levanta
desorientado intentando recuperarse, se desmayó, siendo trasladado al Hospital
Rubén Leñero, donde su familia lo localizó un día después, debía quedarse
internado pero escapó por el segundo piso, su estado de salud estaba en
observación debido no solo a las lesiones sino al golpe en la cabeza que
pensaban podría traerle consecuencias además de los dolores que ya presentaba
tras aquel hecho.
Luy tiene en su memoria frescos recuerdos de
infancia que revelan su clara inclinación de lo que sería su oficio en esta
vida, Oscar con apenas seis años de edad dibujaba sus propios personajes de
piratas, vaqueros y villanos, posteriormente a través de libros y de las
caricaturas en programas de televisión tomó personajes que disfrutaba
trazarlos. Es en esta etapa que comenzó también a dibujar en caricatura a sus
compañeros con quienes convivía en sus horas de juego.
Cuando cursó la escuela primara ganó un concurso de
ilustración con un tema de salud, luego de que a los alumnos les presentaron
información a través de un video. Quedó gratamente marcado por esta experiencia
y durante todos estos años como caricaturista político ha participado en
innumerables concursos, a la fecha cuenta con 76 premios y reconocimientos a
nivel nacional e internacional.
Si bien sería motivo de otra entrevista, algunos de
los premios y reconocimientos internacionales obtenidos en eventos de humor por
sus cartones han sido de países como China, Rumania, Cuba, Estados Unidos,
España, y México, entre otros. La Agencia Mundial de Prensa a la que se integró
en 2014 le otorgó el galardón como El caricaturista de la década. El interés
por compartir sus trazos le ha llevado a formar parte de cuarenta agencias
internacionales de caricatura.
Ha sido jurado en algunos concursos de caricatura en
el Club de Periodistas de México, en la Comisión Nacional del Deporte, y en el
Cecyt 7 Cuahtémoc.
Luy es director de la Agencia Mundial de Prensa y el
Círculo Mundial de la Caricatura; es en el año 2017 que lanzó la convocatoria
del Premio Internacional de la Agencia Mundial de Prensa donde la participación
fue desbordada con más de 400 trabajos recibidos de todos los continentes.
Recuerda con gratitud que en febrero de 1986 entró
al periódico El Universal donde estaba como director Paco Ignacio Taibo I, que
le dio la oportunidad de colaborar en la sección de Cultura; para ese entonces
ya publicaba en 17 medios más.
Luy nos comenta que su inicio en la caricatura
hablada nace a través de El Universal y Radio Fórmula en un programa denominado
Radio Fórmula Universal con Alfonso Nava Maya, quien le da esta oportunidad
junto a otros colegas permaneciendo dos meses al aire y en 1996 comenzó a
colaborar en el programa radiofónico Voz Pública con Paco Huerta, entonces
comenzó una etapa donde diariamente difundía su caricatura hablada de 1997 a
2001.
Para ese entonces trabajaba en Radio Centro con
Jesús Martín Mendoza, luego hizo la propuesta en Radio Chapultepec para el
programa Voces del Periodista que conduce Celeste Sáenz de Miera.
En 2002 le presentó a Carlos Loret de Mola en Radio
13 una idea de caricatura que en ese momento no fue posible, y que después lo
llamó para participar en Nueva Visión en el canal 4, donde permaneció un año y
medio, y al pasar unos meses se integró al programa Hechos de Peluche, donde
permaneció dos meses; más tarde con el Dr. Simi lo llamaron a colaborar en el
programa Simi TV, a través de un canal de internet donde ilustraba un cuento
infantil y en el que invertía muchas horas de trabajo.
Ya encarrerado, propone caricatura para un programa
del Dr. Simi en el canal 172, donde inventó la caricatura móvil, que dejó de
ser plana y logra movimientos con algunos cortes sobre el material de papel.
Luy también escribió una columna de humor para la
revista de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, luego con tantas ocupaciones
tuvo que dejarla; para el periódico Ahí, de Aguascalientes, tuvo una
participación breve en la columna Aquí entre nos.
Entre la multitud de imágenes que se agolpan, están
las entrevistas de televisión cuando obtuvo un premio en el concurso “Encuentro
de dos mundos”, convocado por la Sociedad Mexicana de Caricaturistas y el
Gobierno del Estado de Veracruz durante la gestión de Dante Delgado.
En 2010 cuando Luy realizó una exposición en el
Centro Cultural Netzahualcóyotl, hizo una presentación de caricatura hablada a
la que asistió Manuel Aparicio, director de Radio Expresión México, quien le
hizo la propuesta para colaborar y desde entonces continúa con este ejercicio,
al que se sumó por primera vez su programa radiofónico: Entre trazos, que sigue
vigente, y desde hace un año en Concentra Radio participa con el programa:
Monos Moneros y Monerías.
De espíritu inquieto, estudioso siempre y excelente
aprendiz, también se preparó como cuentacuentos, algo que disfruta y combina
con algunas clases que imparte actualmente a niños pequeños que están
aprendiendo a dibujar.
En este camino recorrido alguna vez se presentó en
un evento literario donde participó con las Carionetas, que las llamó así
porque considera que son una mezcla de caricaturas y marionetas, personajes que
dan voz a temas políticos, y que fue bien recibido por el poeta Sergio Alarcón,
quien lo convocó en un café de la Ciudad de México donde convergen amigos,
cultura y arte.
Entre sus múltiples facetas ha trabajado como
maestro en la universidad UNIREM, impartió talleres de caricatura 10 años en el
Club de Periodistas de México cuando los tiempos eran otros, organizó uno con
una duración de un año y medio en el que integró 14 unidades, con una
evaluación rigurosa, había exposiciones, egresaron muchas generaciones de todas
las edades, fue maravilloso; incluso hizo un programa de estudios detallado que
quiso proponer a la UNAM como la carrera de caricatura y se quedó en un sueño.
Para el artista Luy no hay descanso, su fascinación
por la caricatura le ha llevado por terrenos impensables y generosos, siempre
incursionando en nuevas áreas y rompiendo sus propias barreras, donde el miedo
no existe, solo el ingenio y la gratitud por todo el camino recorrido.