nuevo pulso, una nueva provocación y una nueva demostración de democracia que huele a engaño lanzó Nicolás Maduro cuando anunció su pretensión de convocar elecciones anticipadas para la Asamblea Nacional (AN), órgano mayoritariamente dominado por la oposición liderada por Juan Guaidó. «Vamos a legitimar la única institución que no se ha legitimado en los últimos cinco años», manifestó el líder chavista en el Palacio de Miraflores. El objetivo no parece otro que acabar con el Parlamento, al que ayer se volvió a prohibir la entrada a los medios de comunicación por tercera vez para seguir una sesión ordinaria. La UE ya ha manifestado su contrariedad con esta medida.
La idea de Maduro fue divulgada al mismo tiempo que Diosdado Cabello, su mano derecha, decretaba la extensión del funcionamiento de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) hasta el 31 de diciembre del 2020, con lo cual prolonga su mandato un año y cinco meses más de lo previsto. El nuevo decreto, aprobado por unanimidad por el órgano chavista, sustituye el anterior del 4 de agosto del 2017, en el que se establecía una vigencia de dos años. Esta ANC no fue reconocida por parte de la comunidad internacional y por la oposición, que provocó muchas protestas y una represión que finalizó con un balance de 120 muertos.
Sobre el papel, la ANC tenía que ocuparse de redactar una nueva Constitución, pero en realidad es que nadie en Venezuela conoce detalles de la misma. La extensión de su funcionamiento obedece a un solo objetivo, según fuentes oficialistas: «Defender al pueblo de los ataques de la derecha». Miembros de la oposición entienden que Maduro intenta sustituir de facto el Parlamento.
«Es muy cínico decir que va a adelantar unas elecciones parlamentarias, cuando todos sabemos que lo que nos arrastró aquí fue no celebrar elecciones libres. Es cínico insinuar que está dispuesto a someterse a una elección, cuando se las robó en el 2018», fue la primera reacción de Guaidó durante la sesión de la Asamblea Nacional programada para debatir el proyecto de acuerdo en rechazo al fraude electoral del 20/5/2018, que mantiene inmerso al pueblo de Venezuela en la mayor crisis de su historia.
«Robo de la soberanía»
Guaidó continuó desnudando la insolencia de Maduro: «Es cínico decirle a Venezuela que van a ampliar un periodo de una Asamblea que no existe cuando en los últimos tres meses no han hablado en ningún momento de los problemas de agua, de gasolina, de corrupción, de la crisis humanitaria, de los salarios de los venezolanos». Y se dirigió nuevamente a los militares: «Ahora yo pregunto: ¿Las Fuerzas Armadas están dispuestas a acompañar esa locura, los empleados públicos? Sabemos que el pueblo de Venezuela, no, que los ciudadanos resistimos a ese nivel de disociación».
Guaidó rechazó «el robo de la soberanía popular», y sentenció que «una nueva farsa solo agravaría más nuestra crisis». Insistió que solo cesando la usurpación «y con un árbitro transparente habrá elecciones libres».
La Asamblea Nacional fue elegida en las elecciones del 6 de diciembre del 2015, en los últimos comicios del poder legislativo. El Parlamento quedó en manos de la oposición tras la retirada del oficialismo en el 2017. Según el presidente de la Comisión para la Defensa de la Constitución, Juan Miguel Matheus, la idea de Maduro viola la ley porque la Constitución establece que ningún ente de la República puede disolver la AN, ni reducir su período, previsto para el 2020