Le llamó Maestranza a su muñeca. Porque era una muñeca bella y con duende, alegre y tan flamenca. Y la niña la adoraba. Ella visitó esa ciudad andaluza tan hermosa una vez, qué bonito todo! Qué alma!
Ahora estaba en su casa. Recuperándose de su larga enfermedad. Había peleado mucho, con toda su fuerza.. Estaba mejor, pero todavía no podía viajar. Y aquella tarde de jueves y de abril soñaba con el albero sevillano..
Y deseaba suerte, mucha suerte, mucha suerte…
La niña se llamaba Triana..
A todas las niñas, y a Rocío
A mi Luis, gran luchador
A Sevilla
A Antonio Ferrera, Juli y Roca Rey
A Raquel Montiel
A mi hermana
Y a Pilar y Silvia Blanco, un blablacar de lujo