La pandemia, la crisis en Ucrania y Rusia y la interrupción de las cadenas de suministro globales han exacerbado las desigualdades económicas y sociales en el mundo. La pandemia afectó desproporcionadamente a las personas más pobres y vulnerables, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, debido a las restricciones de movimiento y la interrupción del comercio global. La crisis en Ucrania y Rusia ha tenido un efecto dominó en la economía del planeta y ha aumentado la incertidumbre en los mercados, lo que ha llevado a una rapida desaceleración, así tambien la interrupción de las cadenas de suministro ha tenido un impacto significativo, ya que muchas empresas se han visto obligadas a cerrar o reducir su producción debido a la falta de materias primas y productos finales. Todo esto ha llevado a un incrmento de las desigualdades económicas y sociales a nivel global, especialmente en las comunidades más marginadas y vulnerables.
México no ha sido ajeno a las externalidades negativas generadas por los fenomenos antes mencionados, nuestro país ha sufrido una clara contracción económica, lo que ha llevado a un aumento del desempleo y a mayor pobreza, generando un incremento de la desigualdad social, afectando especialmente a las comunidades más vulnerables y marginadas, como las comisarías de Mérida.
Historicamente, las comunidades periféricas, como las comisarías, han sido atendidas de manera desigual, y acentuado por el panorma actual, es claro que estas comunidades tienen menos acceso a los servicios de salud, trabajo y transporte, lo que limita la capacidad para el crecimiento personal de la gente. Además, muchos residentes de estas comunidades dependen de las actividades productivas basicas para su sustento, lo que las hace vulnerables a las fluctuaciones de los precios de los productos básicos y a los desastres naturales. Es importante abordar estas desigualdades para asegurar que todas las comunidades de Yucatán tengan las mismas oportunidades para prosperar y contribuir al desarrollo de la región.
Mérida, la joya de nuestra tierra, es una ciudad vibrante y en crecimiento, que se ha convertido en un destino turístico popular en los últimos años, así como un atractivo polo de inversión en materia inmobiliaria. Sin embargo, la prosperidad que genera lo anterior, no ha llegado a todas las áreas de la ciudad y menos a la perifereria, por esto, en esta epoca crucial para nuestro estado, es hora de que el municipio de Mérida priorice el desarrollo de sus comisarías y aplique estrategias de desarrollo comunitario para generar equidad social lejos de seguir priorizando el crecimiento vertical de Merida norte y de acciones de gobierno unicamente enfocadas a los sectores ya desarollados.
La justicia social y el desarrollo económico son dos conceptos que están íntimamente relacionados. El primero se refiere a la distribución equitativa de los recursos y las oportunidades en la sociedad, mientras que el segundo hace referencia al crecimiento económico sostenible que permita mejorar la calidad de vida de las personas. En el caso de las comisarías de Mérida, es una necesidad urgente implementar políticas que promuevan el desarrollo integral para mejorar la calidad de vida de aquellas personas que las habitan, por esto, de cara al futuro inmediato será vital voltear a ver a quienes esten pensando en las comisarias como un area a privilegiar para el desarollo y quienes, teniendo la obligación de hacerlo aún estan en deuda.