El máximo diplomático de la Unión Europea visitó el miércoles la primera línea de la guerra de Ucrania con las fuerzas respaldadas por Moscú, prometiendo “consecuencias masivas y graves costos” para Rusia si lanza una nueva ofensiva militar contra su vecino.
Josep Borrell voló en helicóptero a la región oriental de Lugansk, siendo el primer Alto Representante de la UE que lo hace desde el estallido del conflicto en 2014, como parte de un impulso diplomático de Occidente en apoyo a Ucrania.
Kiev y sus aliados han dado la voz de alarma por la acumulación de decenas de miles de tropas y equipos militares rusos cerca de las fronteras de Ucrania en las últimas semanas, lo que hace temer una guerra abierta entre los dos vecinos exsoviéticos.
Las imágenes de televisión mostraban a Borrell caminando por un paisaje nevado, encontrándose con soldados y civiles en uno de los puestos de control que dividen la Ucrania controlada por el gobierno de los territorios controlados por los separatistas. Los tejados de las casas cercanas estaban destruidos y tenían agujeros de bala en las paredes.
“El conflicto en las fronteras está a punto de profundizarse y las tensiones se han ido acumulando con respecto a la seguridad europea en su conjunto”, dijo Borrell a los periodistas.
La UE tiene una postura firme y un fuerte compromiso “de que cualquier agresión militar contra Ucrania tendrá consecuencias masivas y graves costos”, añadió.
El Kremlin no emitió inmediatamente una respuesta pública a la visita de Borrell. Moscú ha negado con anterioridad que esté planeando una nueva ofensiva militar contra Ucrania y acusa a Kiev de aumentar sus propias fuerzas en el este del país.
Rusia ha presionado a Estados Unidos para que le dé garantías de seguridad de que la OTAN detendrá su expansión hacia el este. Ambas partes se reunirán en Ginebra los días 9 y 10 de enero.
Las relaciones entre Kiev y Moscú se hundieron después que Rusia anexionara Crimea en 2014 y las fuerzas respaldadas por Moscú se apoderaran de un territorio en el este de Ucrania que Kiev quiere recuperar.
