Por: Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo.
- La vacuna contra covid-19 que anuncia AMLO y que pretenden traer de Cuba para aplicar en los niños mexicanos menores de cinco años, no está certificada.
- Es realmente un crimen, sostiene el doctor Gabilondo Navarrete, ex director general del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”.
- El gobierno de López Obrador menosprecia a los médicos nacionales que han dado su vida por salvar la ajena.
Dirigentes de asociaciones de profesionistas médicos, académicos y autoridades universitarias, niegan de manera rotunda que haya déficit de médicos en sus diferentes especialidades en nuestro país. Al contrario, hay un superávit de 52 mil profesionales egresados de las instituciones universitarias y politécnicas mexicanas, muchos de ellos con estudios de postgrado, desempleados por una deficiente planeación de las instancias de gobierno y la falta de medicamentos por turbiedades en la administración pública.
De ninguna manera se justifica que el presidente Andrés Manuel López Obrador notifique el compromiso con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para la contratación de más de 500 médicos cubanos, de repente y con urgencia, sin ninguna consulta a las asociaciones nacionales y dirigencias de organismos que agrupan a diferentes especialistas de las ramas de la ciencia y la tecnología en materia de medicina humana.
El desprecio de López Obrador por el enorme sacrificio de los médicos mexicanos que han arriesgado su vida al enfrentar el virus, abandonando a sus familias por meses enteros y que más de 4 mil profesionales de la salud; doctores, enfermeros, camilleros, etc, han muerto en esa batalla, ahora el presidente de México los humilla al decir que en este país no hay médicos de calidad.
Otra de las mentiras cometidas por el gobierno, es esa noticia que dio el mismo presidente de la República, en el sentido de que se importarán vacunas de Cuba para los niños mexicanos.
Esa vacuna no tiene ni la tercera fase de investigación y la van a aplicar a nuestros niños. Se trata de una vacuna que ni siquiera está certificada. Eso es realmente un crimen, enfatiza el doctor Gabilondo Navarrete.
La falta de orientación que padece el presidente de la República, de parte de sus asesores y funcionarios responsables de las áreas de atención médica directa, dentro de su gobierno, lo llevó a aceptar, sin ninguna objeción, la propuesta del presidente Díaz-Canel, de enviar a México “un grupo de al menos 500 médicos”, sin darle tiempo de preguntar algo obvio: “¿realmente son médicos o guías espirituales?”.
De acuerdo con la normatividad académica y la práctica de la medicina humana, las universidades e instituciones reconocidas que imparten diversas carreras relacionadas con la medicina y especialidades, exigen que los egresados sean debidamente certificados para la práctica de la actividad. Simplemente no se admite ejercer “sin título y sin certificación profesional”.
En opinión del doctor Jesús Felipe González, presidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, en México hay más de 300 mil médicos, entre médicos generales y especialistas; hay alrededor de 180 mil estudiantes de medicina en todo el país, y cada año egresan 16,800 estudiantes, de los cuales sólo 7 mil potencialmente tienen la posibilidad de ingresar a una especialidad; los demás se incorporan a la fuerza laboral médica del país.
“En nuestra organización, tenemos la seguridad de que los tiempos actuales, son oportunos para intercambiar puntos de vista en torno del futuro próximo. Necesitamos abrir caminos de diálogo entre los presidentes de Colegios, Sociedades y Asociaciones Médicas, y más de 35 Colegios Médicos como tales, donde todos nos unamos y rechacemos las contrataciones que el gobierno ha anunciado de médicos de otro país” señaló.
Es necesario tener presente que, por lo menos, hay dos razones fundamentales que impiden a los médicos mexicanos ocupar vacantes. Una, que los sueldos para estos profesionales “están por los suelos”. No es posible que solamente les paguen 3,500 pesos mensuales, cuando un médico general debe estudiar por lo menos 17 años y, quienes aspiran a una especialidad, serían siete años más.
La primera es que el gobierno de López Obrador emprendió sus programas de “sembrando vida” y “jóvenes construyendo el futuro”, mediante los cuales se otorgan sueldos que van de 4,500 pesos mensuales hasta 7,500 pesos, sin que se trate de gente profesional.
Esta medida es loable, porque se trata de gente necesitada de un ingreso, pero es el mismo rasero de ingreso que se paga a los médicos. Y lo reprobable, es la contratación de médicos extranjeros con sueldos pactados por ambos mandatarios, en condiciones por arriba de lo señalado y desventajosas para los profesionales mexicanos.
La otra razón, consiste en quejas de las instituciones del gobierno de que hay plazas en el IMSS, ISSSTE y en el Instituto de Salud para el Bienestar, pero “los médicos se resisten a ser contratados”. Sí, pero la “otra cara de la misma tortilla”, es que se trata de comunidades alejadas de la civilización, donde la inseguridad es la principal causa de robo y asesinatos, frente a la incapacidad de las instancias del gobierno federal, de los estados y municipios, de atender estos gravísimos problemas.
Con relación al profesionalismo y certificación de títulos académicos, que exigen las autoridades mexicanas y de todo el mundo, la doctora Sonia Venegas, secretaria académica de la Facultad de Derecho de la UNAM, puntualizó que el tema de la contratación de médicos y especialistas cubanos para incorporarse a los servicios médicos mexicanos, “nos preocupa y nos unimos al gremio médico de México. Su protesta es justificada: si hay desempleo de estos profesionales de la medicina, no se justifica que se contraten extranjeros”.
En materia de regulación de profesiones, si un extranjero quiere ejercer una profesión en México, incluyendo la profesión médica con estudios en el extranjero, en primer lugar tendría que acudir a la Secretaría de Educación Pública, a la Dirección General de Profesiones a la de Acreditación, Incorporación y Revalidación, para iniciar un proceso de homologación.
Hay otra vía para la certificación profesional. A través del Consejo Nacional de Evaluación, CONEVAL, se puede presentar una serie de exámenes bastante complejos, para obtener la aptitud, el título y la cédula profesional. “No es un mecanismo que se da en automático”.
En su oportunidad, el doctor Fernando Gabilondo Navarrete, ex director general del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”, una de las instituciones médicas más prestigiadas de México, afirmó que en el actual gobierno se han cometido muchas mentiras, empezando porque la contratación de supuestos médicos que realizó el gobierno federal durante la pandemia de Covid – 19, solamente eran “paramédicos”.
Calificó de “explotación del gobierno de Cuba”, “tratante de personas y de esclavista” a ese país, porque se sabe que esos trabajadores de exportación “no reciben ni el 10 por ciento de lo que el gobierno cubano cobra por su contratación en diversos países del mundo”. Esta práctica la condena el Parlamento Europeo, Estados Unidos y muchas instituciones defensoras de los Derechos Humanos.
Eso de que “en México faltan médicos”, tampoco es cierto, expresó el doctor Gabilondo Navarrete. “Nada más en Nutrición, en febrero de este año, egresaron 220 médicos de alta especialidad y de especialidad. Si usted multiplica este número por Institutos, por todos los hospitales de alta especialidad, de Referencia, el IMSS, el ISSSTE, las Fuerzas Armadas, etc., pues eso de que hacen falta médicos, es que no los contratan.
Para el Examen Nacional de las Residencias, quedan fuera de éstas 52 mil médicos. Están desempleados 52 mil médicos. Y nada más así, sin ninguna razón, el gobierno no los contrata.
Además, “esta situación es una afrenta a nuestra profesión, porque al traer gente de otros lados, la población debe saber la verdad; ni siquiera se conocen sus credenciales profesionales. No sabemos si realmente son médicos, porque lo que se acostumbra en México, es que sí se necesita habilitar que son médicos y que tienen la certificación y todos los créditos para ejercer la medicina en México, pues no presentan nada”.
El primer intento que hicieron durante la pandemia, cuando los cubanos llegaron a la Ciudad de México –el INSABI pagó estos supuestos servicios médicos—hay que señalar y denunciar la gravedad de que estos médicos cubanos cometieron fraude.
Hay gente profesional y testigos, de que en los lugares donde estaban trabajando los contratados, se comprobó que no eran personas preparadas; no tenían la capacidad sobre lo que se requería. Era gente paramédica que no tenía la menor idea, “y esto es lo que nos van a mandar de nueva cuenta”.