La ciudad de Mérida ha decidido actuar con mayor firmeza frente a un problema creciente: el maltrato animal. Según recientes informes, la Unidad de Medio Ambiente y Bienestar Animal (Umaba) incrementó su capacidad operativa para atender hasta 15 reportes diarios por casos de maltrato, abandono o faltas al reglamento de protección animal.
Este refuerzo se da en un contexto donde la problemática es grave y persistente. En lo que va de 2025, en el estado se han registrado entre 800 y 850 casos denunciados por maltrato animal ante la autoridad competente, aunque se estima que la cifra real podría ser aún mayor.
Uno de los objetivos de estas nuevas brigadas es reaccionar con rapidez ante denuncias ciudadanas, lo que incluye acudir con prontitud a los domicilios reportados. Esto permite verificar con mayor certeza si los casos constituyen infracciones —o incluso delitos—, o si se trata simplemente de abandono o negligencia. La estrategia fortalece la vigilancia y promueve la corresponsabilidad.
La intervención de las autoridades ha tenido consecuencias concretas: recientemente, una persona fue sancionada con más de 90 mil pesos por abandonar a varios perros sin agua ni comida; dos de ellos murieron, y los demás —ocho en total— sobrevivieron gracias a la denuncia de ciudadanos y la acción de las brigadas.
Aun así, organizaciones civiles advierten que la situación “es crítica”. Muchas denuncias corresponden a formas graves de crueldad: envenenamientos, agresiones, abandono, mutilaciones, atropellamientos, torneos de lazo o corridas, y la desprotección de animales domésticos y de trabajo.
Por ello, el esfuerzo de las autoridades locales busca no sólo sancionar, sino prevenir. Parte de la estrategia incluye fomentar la denuncia ciudadana, sensibilizar a la población y monitorear zonas vulnerables.
En suma, Mérida apuesta por una respuesta más organizada y contundente ante el maltrato animal: con brigadas activadas, denuncias atendidas, sanciones ejemplares y campañas de concientización. El reto sigue siendo grande, pero estos pasos muestran un compromiso claro con los seres que no tienen voz.


