Reflexiones en voz alta, por: Carlos Capetillo Campos.
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El mes de mayo es un mes de altas significaciones en varios campos de los festejos mexicanos. El primero de mayo se celebra en el país el llamado Día del Trabajo, con marchas, concentraciones, día de asueto y día de descanso en general teniendo como actores principales a los trabajadores.
Ese día en los discursos de gobierno y de las centrales obreras tienen como eje central las luchas obreras, resaltar las mejoras laborales, económicas y promesas de que adelante se les retribuirá lo justo.
Se hacen algunos ajustes a las leyes que rigen la relación laboral y todo mundo contento. Y por lo general hasta allí llegan los beneficios.
El 5 de Mayo es de celebración militar, porque se recuerda la victoria del ejército mexicano sobre lo que en ese entonces se consideraba el mejor ejército del mundo, el francés. Este hecho es sin duda muy importante, ya que las condiciones físicas y de armamento eran de notoria desventaja para el ejército mexicano. Muy importante recordar y darle su justa dimensión, sobre todo ahora que el ejército mexicano día a día presta servicios valiosos a México.
El 10 de mayo, es sin duda para los mexicanos, el día más querido y esperado y el júbilo de los mexicanos se traduce en un gasto importante en regalos, para quien sin duda ocupa el lugar principal de nuestras vidas. Y aunque insisten que el amor no se compra, la realidad es que no se busca comprar el amor de la madre con algún regalo por caro que este sea, porque el amor de la madre se tiene desde la gestación, es simplemente una forma de decirle a nuestra madre ¡PRESENTE!
Y llega el 15 de mayo, que se celebra a los maestros, hay quienes merecen no solo la coperacha para algún regalo, sino nuestra admiración, cariño y agradecimiento. Yo tuve extraordinarios maestros que su influencia en nosotros fue tal, que muchos compañeros de mi generación se formaron para maestros.
Y para mí, los festejos siguen hasta el 22, fecha muy importante en mi vida, nació Carla Cecilia, mi Cielito que hace 48 años que emociona mi vida, que junto con su hermano Carlos son nuestro orgullo.
No puedo pasar por alto un importante comentario, en el sentido de que creo que el Presidente López Obrador como todos los presidentes, quiere impulsar al país a mejores condiciones de vida, pero alguien de su gobierno camina en sentido contrario, ya que las contradicciones entre la información que proporciona el Presidente en sus conferencias mañaneras y los periodistas presentes son más frecuentes, e inclusive entre funcionarios de alto nivel y lo peor, entre el Presidente y sus funcionarios.
Pero también se presentó un episodio entre la información del gerente de una gasolinera operando en Mérida, Yucatán y la que dio el propio Presidente, en el sentido de que se niega a ser certificada cuando ya lleva dos revisiones este año por la Profeco. Hay que tener cuidado con este tipo de información. Bajo ningún concepto es aceptable que le proporcionen al Presidente información no certificada, sobre todo porque se da a los medios y la frecuencia de las diferencias puede poner en riesgo la credibilidad presidencial, que es uno de los valores fundamentales de cualquier dirigente.
Alguien debe ser cambiado de ubicación, ya que el Presidente busca en los medios sus principales aliados para informar correctamente a la sociedad y estos episodios no ayudan.
Y me parece que es demasiado pronto la presencia de manifestaciones callejeras, independiente de sus dimensiones, en contra del Presidente, que aunque solo fueron en 16 ciudades, es demasiado pronto para este tipo de actos.
Con burlarse de los que se manifestaron, de que fueron muy pocos, no desaparece el hecho y el ambiente que pueden crear. El Presidente es experto en este tipo de acciones y sabe muy bien que, aunque sean pocos, no deben menospreciarse.
Y una vez más, todos son bienvenidos a este mi paraíso que es Yucatán. Ya sean turistas o nuevos residentes. Pero la fortaleza de mi Estado se basa en la sociedad, en el tejido social, en el respeto a nuestras normas de convivencia. Los vehículos sobre todo los de lujo, los de gran precio, van a alta velocidad, rebasando por donde quieran y provocando cada vez más accidentes de tránsito. Los que están enfermos del estómago se entiende su prisa, pero no se justifica.
Te saludo cordialmente.