La Revista

Millones de mexicanos sin comprender severas críticas del Ejecutivo y Legislativo, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Facetas de México, por: Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo.

  • Violan la Constitución López Obrador y Ricardo Monreal, al intentar la modificación de 20 Artículos, con la intención de convertir a México en una dictadura.
  • La Suprema Corte de Justicia es uno de los tres Poderes de la Unión, con la obligación de vigilar que el Ejecutivo y Legislativo, no violen los principios constitucionales.
  • Millones de mexicanos dueños del voto democrático, no permitamos un gobierno “de facto”, clamor de la mayor parte de los mexicanos.

Es tan descabellado un enfrentamiento entre los tres Poderes
de la Unión en México: el Ejecutivo unido al Legislativo, contra la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, que millones de compatriotas quedamos pasmados,
en espera de que haya cordura y la balanza se incline por el Derecho y la
razón. O simplemente se trata de una nueva forma de dividir a los mexicanos en
un supuesto “régimen democrático”, por ocurrencia del Presidente de la
República.

No hay otra interpretación, que dar juego al contubernio
entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, para desprestigiar a la Suprema Corte
de Justicia de la Nación. O la venganza presidencial es de tal magnitud, por su
estrecha relación personal con el empresario Rioboó, “a quien quedó mal”, porque
a su esposa, la ministra Yasmín Esquivel Mossa, no la pudo salvar del
desprestigio por falsedad en sus tesis de licenciatura y doctorado.

López Obrador está que no cabe de contento, porque logró
convencer a su subordinado y jefe de la Junta de Coordinación Política del Senado
de la República, Ricardo Monreal Ávila, en un hecho no visto en este siglo, de reconciliación
entre ellos, “después de dos años de no dirigirse la palabra“ para imponer
cambios en diversos artículos y reformas constitucionales, rechazadas por
insustanciales, de parte de la mayoría de los ministros de la Suprema Corte de
Justicia.

Destacan varias “con instrucciones precisas”, publicadas en
una nueva forma de “legislar por Decreto”, parecida al proceso que se sigue
normalmente en las dictaduras, en lugar de hacerlo por los conductos legales
establecidos; es decir, a través de las Cámaras y de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación. Para eso están.

Así, la Corte invalidó un decreto emitido en el mes de
noviembre de 2021 por el presidente López Obrador, por el cual declaró como de
seguridad nacional todas las obras prioritarias de su administración, y las
exentaba del escrutinio público y la rendición de cuentas del gasto federal en
esas obras. La votación para anular estos “esperpentos” en la Corte, fue de 8 a
favor y 3 en contra.

Otro “decretazo” publicado en el DOF, contiene
características similares al anterior. Reitera la “seguridad nacional”. Igualmente,
no sujetas a rendición de cuentas, para las obras del Tren Maya, el “Corredor
Interoceánico del Istmo de Tehuantepec” y los aeropuertos de Palenque, Chetumal
y Tulum.

Esta actitud presidencial y del Congreso, en contra de la
Suprema Corte de Justicia, es inédita. No se veía algo “tan descarado” desde la
dictadura de Porfirio Díaz Mori, quien ocupó la Presidencia en 1876. En el
siguiente periodo, por cuatro años, “se la prestó” a su compadre Manuel
González (de 1880 a 1884). Después siguió siendo presidente hasta 1911.

Ahora han cambiado las formas: Parece que el presidente tiene
deseos de practicar otro “maximato”. Así lo demuestra su “destape” de las
llamadas “corcholatas”, con “manga ancha” para promoverse en el país y el
extranjero, “con todo pagado, sin consultar al pueblo” y absolutamente fuera de
la Ley.

Recordamos que esa misma conducta de poder, la operó el
presidente Plutarco Elías Calles, una vez muerto el presidente electo, general
Álvaro Obregón, a manos de José de León Toral. (Obregón había ocupado la
Presidencia en el periodo de 1920 – 24, seguido en el puesto precisamente por
Calles).

Así, pasaron por la Presidencia tres mandatarios, cada uno
con una duración aproximada de dos años. Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio
y Abelardo L. Rodríguez, todos designados por el profesor y general Plutarco
Elías Calles, hasta que llegó a la Primera Magistratura nada menos que el
general Lázaro Cárdenas del Río, para gobernar a México “sin padrinos”. Calles
salió al destierro en 1936 y, a su regreso, los tiempos eran distintos y su
“poder”, había desaparecido.

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