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¿Moderador carnal?

Carlos Mena
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En los 90 tuve la oportunidad de ser presidente del comité electoral del tecnológico de Monterrey, organismo autónomo cuyo presidente era propuesto por la asociación de estudiantes del Tec y aceptado por el consejo estudiantil que era formado por todos los presidentes de las 32 carreras y asociaciones de aproximadamente de 20 estados del país.

Mi función era coordinar las elecciones de cerca de 12,000 alumnos del campus Monterey, desde el presidente del Tec, de cada carrera, hasta la señorita tecnológico pero el corazón de la elección era el debate, aunque el día a día era el respeto a las reglas de publicidad, la atmosfera de cada elección era de acuerdo al temperamento de cada carrera, los agrónomos y economistas eran los más conflictivos y eran de mucho menor matricula que los de administración de empresas o medicina.

El reglamento de los debates costaba de 14 hojas, iniciaba con el propósito del debate, así como, las actitudes que no se querían, sanciones a ataques personales o expresiones falsas, temas a considerar, tiempos de intervención, sorteo de orden, designación y actividades del moderador y otros menores.

En aquel tiempo la descalificación personal por parte de un candidato era vista como de mala educación y grosera, además de ser una violación al reglamento que ameritaba sanción expresada en un % de votos restados obtenidos el día de la votación. Nadie la utilizaba. No es que el pasado o la vida privada no importe sino que no es el propósito del debate.

El día de ayer el instituto Electoral de Yucatán hizo su primer ejercicio de ciudadanización para mejorar el debate, acto histórico y loable que habla de un gobierno fuertemente conectado con la sociedad.

El evento conto con periodistas, empresarios, académicos y asociaciones civiles que por primera vez tienen voz en la formulación de este procedimiento. Muchos años o más bien toda la vida habíamos pensado que era controlado o manipulado por el gobierno en turno, otro punto positivo para el gobierno de Rolando Zapata.

Pero este digno evento no quita el análisis y propuestas objeto por el cual fue realizado, lo más sorprendente es que todo el reglamento solo consta de 2 hojas y media, el documento es corto y poco ambicioso, le faltan muchos detalles que aclarar, pero si menciona un empoderamiento peligroso del moderador cuando el principal protagonista del debate no es ni el moderador, ni las personas si no las propuestas y las ideas.

Un evento de esta dimensión requiere detalles muy importantes para desarrollar criterios que ayuden a los votantes a formar una decisión de elección de candidato racional, no emocional.

El moderador solo sirve para que se respete los tiempos y para evitar que el candidato se desvíe de las preguntas realizadas estrategia muy utilizada para recriminar al oponente o recodar errores del pasado ya que el voto de castigo u odio es más fácil de asimilar. Utilizar a este método recauda más votos emocionales que racionales. El voto de castigo es cómo manejar un auto con el espejo retrovisor. El voto de castigo si bien es un sentimiento valido y real no sirve definir la persona capaz para enfrentar problemas actuales.

Las características y ausencias más notorias en el reglamento son:

Método de selección del moderador
El moderador se recomienda sea un académico, los periodistas son digamos escépticos por naturaleza y los académicos de universidades públicas tienen conflicto de interés.

Demasiado poder del moderador
El moderador solo sirve para que se respete el reglamento y en la práctica para que los candidatos no desvíen contestaciones de las ideas o tema central de las preguntas, el reglamento actual le da poder para acotar intervenciones o intervenir sin criterios o situaciones específicas.

Tiempo de intervención y duración del evento.
No especifica los minutos de contestación de las preguntas, respuestas, replicas o duración del evento.

Numero de temas y que temas.
Los temas deben de ser elaborados por Iepac y consensados con la sociedad, porque casi siempre son sobre educación, salud, seguridad, empleo y pobreza, pero casi siempre se olvidan o evitan impuestos, tramitología, derechos humanos, o si van a cambiar programas que funcionan solo por el hecho de cambio de partido, problemas que sufren diariamente los votantes.

Situaciones en que el moderador deberá intervenir.
Como descalificaciones o insultos personales o a los partidos o la recurrencia de los errores del pasado ya que son igualmente descalificaciones que acortan el tiempo y empobrecen el diagnóstico y la solución a los problemas actuales. O lo clásico preguntan una cosa y responden otra.

Históricamente los debates han sido causal determinante en los resultados de las elecciones, en lo personal no creo que ese efecto se tenga ahora por la diversidad de medios de comunicación que existen en donde los milenials, que son el 30% del electorado, se alimentan principalmente de noticias en las redes sociales.

Sinceramente deseo que se conforme un reglamento claro, extenso y meticuloso que provea formalidad, orden y abarque no solo los temas principales sino los se sufren en el día a día, y que la sociedad quiere saber, así también, pueda evitar los comportamientos que pueden desvirtuar este saludable evento y diría casi único donde la sociedad puede expresarle a los candidatos lo que desean, lo que les adolece y como pueden solucionarlo.

Carlos Mena
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