Editorial La Revista Peninsular
Los resultados de los comicios celebrados el pasado 5
de junio en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas
han traído consigo múltiples pronósticos sobre lo que podría suceder en las
elecciones del 2024. Si bien, estos resultados permiten ver hacia dónde se
inclina la balanza política en la actualidad, es necesario ser prudentes al
momento de hacer interpretaciones a futuro pues podrían no representar el
panorama completo en dichas entidades.
Las elecciones del 5 de junio transcurrieron, en lo
general, de manera pacífica y le permitieron al Instituto Nacional Electoral
(INE) reafirmar su papel como árbitro de la democracia mexicana gracias al
profesionalismo e imparcialidad con la cual se condujo a lo largo del proceso.
No hubo sorpresas en los resultados pues ganaron
quienes se esperaba que lo hicieran de acuerdo con las encuestas realizadas
antes de las elecciones. Morena y sus alianzas, principalmente compuestas por
el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT),
ganaron en Hidalgo con Julio Menchaca, en Oaxaca con Salomón Jara, en Quintana
Roo con María Elena Lezama y en Tamaulipas con Américo Villareal. La oposición
no se fue con las manos vacías pues la alianza Va por México (PAN- PRI-PRD)
ganó en Aguascalientes con María Teresa Jiménez y en Durango con Esteban
Villegas.
Lo anterior permite observar que Morena mantiene la
superioridad que ha logrado en los últimos 4 años, pero también que la
oposición cuenta con un importante respaldo ciudadano el cual le da espacio
para generar condiciones de competencia en los próximos comicios. Sobre esto
último, para que existan tales condiciones será necesario que los partidos de
la alianza Va por México replanteen su estrategia pues, por lo que se ha podido
ver hasta ahora, ésta no será suficiente para hacerle frente al partido en el
poder en las elecciones del 2024.
Los resultados de las elecciones del pasado domingo
también hicieron ver que el PVEM es un partido con gran relevancia en la
política mexicana ya que, a pesar de no contar con un respaldo social
importante, ha sabido moverse de forma excepcional en la dinámica de poderes
del país lo cual le ha permitido hacerse de espacios en gubernaturas y cámaras
legislativas. Caso contrario es el del PRD, partido el cual pierde relevancia
rápidamente a pesar de integrar la alianza Va por México. Por su parte,
Movimiento Ciudadano demostró continuar con un crecimiento lento, pero
constante.
Ahora bien, es necesario observar con cuidado estos
datos pues en todos los estados donde hubo elecciones se registró una baja
participación ciudadana: en Aguascalientes participó entre el 43.7% y el 46.8%
de la población, en Durango entre el 49.1% y el 54.3%, en Hidalgo entre el
45.3% y el 48%, en Oaxaca entre el 37.4% y el 40.5%, en Quintana Roo entre el
37.7% y 41% y, finalmente, en Tamaulipas entre el 51.6% y el 55.6%. Con
excepción de Tamaulipas, en todas las demás entidades hubo una considerable
disminución de participación ciudadana en comparación con las últimas
elecciones a gobernador celebradas en el 2016.
Debido a lo expuesto, si se da un aumento de
participación ciudadana en estos estados, existe la posibilidad de que en el
2024 se configure un panorama distinto al de ahora.
En estos momentos, la atención de los partidos políticos
está puesta sobre las elecciones a la gubernatura de Colima y Estado de México
que habrán de celebrarse el próximo año. Estos comicios les servirán a los
partidos para dar muestra de su capacidad de operación una última vez antes de
las elecciones presidenciales; sin embargo, de nuevo habrá que ser cuidadosos
al hacer predicciones con base en dichos resultados pues no hay que olvidar que
el PRI ganó en ambos estados en el 2017 y quedó en tercer lugar en las
elecciones presidenciales de 2018.
