Michaela Mabinty DePrince, destacada bailarina de origen sierraleonés, falleció el 13 de septiembre de 2024 a los 29 años, dejando un legado imborrable en el mundo del ballet y la lucha por la inclusión. La noticia fue confirmada en su cuenta oficial de Instagram, aunque no se ha revelado la causa de su muerte. Su familia y su equipo expresaron su dolor y destacaron cómo su arte “tocó innumerables corazones” y su vida estuvo marcada por “gracia, propósito y fortaleza”.
DePrince, nacida durante la guerra civil de Sierra Leona y huérfana desde pequeña, vivió experiencias traumáticas antes de ser adoptada por una familia estadounidense. Superó discriminaciones debido a su vitiligo y los prejuicios raciales que enfrentó como bailarina negra en un mundo predominantemente blanco. Desde muy joven, mostró una pasión inquebrantable por el ballet, inspirada por la imagen de una bailarina en una revista que encontró en su orfanato.
Su carrera despegó tras su aparición en el documental First Position y su posterior ingreso en el Ballet Nacional Holandés. A los 17 años, se consolidó como una estrella emergente al actuar en el álbum visual Lemonade de Beyoncé. Este proyecto la llevó a un público más amplio y le permitió transmitir su mensaje sobre la inclusión en las artes.
Además de su éxito artístico, DePrince dedicó su vida a causas humanitarias, abogando por los derechos de los niños afectados por los conflictos armados. Sus seres queridos destacaron su compromiso con crear una escuela de ballet en Sierra Leona, un proyecto que soñaba realizar para ofrecer esperanza a otros jóvenes en situaciones de vulnerabilidad.
