En la Teoría Generacional hay un episodio que se conoce como: “El Estado que lucha por su supervivencia”. Este evento ocurre cuando las Instituciones Nacionales están tan débiles que todo parece indicar que el fin de la legalidad ha llegado a su punto máximo. En este momento, tan crucial en la historia de una nación, el conflicto se vuelve más fuerte que nunca. El perdedor de esta situación es el individuo. Poco a poco los derechos individuales empiezan a menguar.
La razón detrás de este colapso institucional es que la individualidad ha alcanzado su punto máximo. Las generaciones que conforman la sociedad en ese momento desprecian tanto a las instituciones que se vuelve común actuar sin considerarlas. El problema radica en eventos que ocurrieron hasta cincuenta años antes cuando los jóvenes de esa época se rebelaron contra la sociedad institucional y poco a poco empezaron a destruir lo que se había construido.
El México de hoy es una herencia del Presidente Lázaro Cárdenas. El construyó nuevas instituciones, pacificó al país dejando a un Presidente Católico y arremolinó a la sociedad mexicana alrededor de la recuperación de la riqueza del subsuelo. Las generaciones mexicanas de esos tiempos querían vivir en la institucionalidad: Primero los demás y luego yo. Ochenta años después la sociedad mexicana piensa al revés: Primero yo y después los demás.
Hoy los eventos que encabezan los periódicos nacionales tienen que ver con acciones fuera de la ley. Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia porque los votantes querían detener el avance de la corrupción. La ilegalidad ha alcanzado niveles tóxicos. Hoy la gente empieza a pedir el regreso de la Institucionalidad. Hoy los ciudadanos quieren que el Estado luche por su supervivencia. Tal vez muchos no saben lo que esto significa… ¿O si?
