El municipalismo se define como las acciones, dentro de un municipio, que van más allá de las ideologías partidistascontribuyendo a crear una sociedad más justa y solidaria, alejada de cualquier vicio o cálculo político. Y al otorgarle el valor humanista, se enfatiza que toda actividad, efectuada por la autoridad municipal, debe crear las condiciones necesarias para que la persona sea el centro de toda decisión llevada a cabo. Es decir, la ciudadanía como parte fundamental de la planeación, análisis, desarrollo y consecución de toda política pública, ley o reglamento que se pretenda implementar.
En tiempos como los actuales, donde cada vez la frivolidad parece desaparecer la sensibilidad, la agenda humanista de cualquier orden de gobierno cobra importancia por dos razones fundamentales: la primera, poner al ser humano en el eje central de toda actividad gubernamental demuestra cercanía y empatía ante los problemas del entorno social; y en un segundo plano, el mas complejo, se recobra la confianza ciudadana que tan en crisis se encuentra.
Cuando se habla del municipalismo humanista y la agendaque lo conlleva, indudablemente la participación ciudadana cobra vital relevancia, desde la detección de la problemáticahasta el producto final, llámese ordenamiento jurídico, acción de gobierno o política pública. Para ejemplificar lo anterior, vale la pena entrar en análisis de las últimas reformas a la reglamentación en materia de inclusión para personas con discapacidad que se aprobaron en el municipio de Mérida. Teniendo en cuenta que las premisas para todo análisis legislativo (partiendo de la técnica correcta), se deben basar en la viabilidad jurídica, política y económica, las mencionadas reformas parten de la posibilidad legal, que surgen precisamente luego de un análisis exhaustivo, mesas de trabajo, foros, previa convocatoria con la sociedad civil organizada, activistas, universidades, personas expertas el tema, pero sobretodo, con quienes día a viven en esa condición: las personas con discapacidad.
Fueron casi 6 meses de análisis para la presentación y más de un año para su aprobación, previo consenso y trabajo entre las diferentes fuerzas políticas que componen el Cabildo Meridano. Donde se privilegió el diálogo generoso, la altura de miras y el humanismo político como elemento diferenciador que permitió conjuntar voluntades y agendas políticas en favor de los derechos de las personas con discapacidad, para que sea un voto unánime en el proceso edilicio. Un ejemplo de democracia, en todo el sentido de la palabra.
Gracias a ese trabajo arduo y profesional, lo que empezó con un par de modificaciones reglamentarias, terminó siendo una reingeniería legal, ambiciosa sí, pero realista, viable en todos sus aspectos y posible ante la deuda histórica que se tiene con las personas con discapacidad. Lo anterior se materializa por los temas abordados dentro de la normativa en mención,como la vinculación laboral con empresas socialmente responsables para la contratación de personas con discapacidad, que las propias empresas puedan ser acreedoras a un estímulo fiscal basado en el impuesto predial, pero que también, estén capacitándose regularmentepara poder acceder a esta prerrogativa; destinar,paulatinamente a personas con discapacidad, el 5% del total de los espacios laborales del ayuntamiento, cuestión que los pactos internacionales señalan como una obligación de todo orden de gobierno, así como que todos los eventos que el Ayuntamiento organice cuente con intérprete en Lengua de Señas Mexicanas para que la accesibilidad sea un hecho. De las peticiones mas sugeridas en diálogos ciudadanos con personas con discapacidad y personas expertas, está lacreación de edificios y espacios públicos con medidas de accesibilidad universal que cumplan los estándares que la normativa nacional y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad señalan.
A la fecha de este artículo, posterior a la publicación en la Gaceta Municipal y su entrada en vigor, Mérida cuenta con un reglamento vanguardista, a la altura de las necesidades de la ciudadanía, que visibiliza, pero también ofrece soluciones a las personas con discapacidad. Tal como dice el alcalde meridano Renán Barrera, es un ordenamiento que pone el piso parejo en una sociedad que día a día de desarrolla. Pero también la mencionada herramienta jurídica incluye elaparejado cumplimiento a los tratados internacionales y a las sentencias y recomendaciones, que tanto la Corte como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han proclamado, como por ejemplo las medidas de accesibilidad universal, el censo y el porcentaje mínimo de personas con discapacidad en el gobierno municipal.
Los gobiernos con acciones y planteamientos humanistas trascienden en los hechos y pasan a la historia como gestiones cercanas y confiables ante la ciudadanía. Mérida sigue siendo ejemplo nacional por su cultura, paz y estado de derecho, con municipalismo basado en acciones humanistasque fortalecen el tejido social.
Mtro. Rafael Rodríguez Méndez
Regidor del Ayuntamiento de Mérida
