Amanecía en luz y alma a mitad de mayo.. y ella se despertaba pronto, los pies heridos y el corazón mejorando. Caminaba hacia esa ciudad que es principio y fin: Santiago. Y lo hacía en soledad. Como compañeros y a veces amigos sus pensamientos y la música.
Ella no entendía la vida sin música..
Aquel día, temprano, rompió a andar con los sones majestuosos de Como el agua, del genio Camarón. Luego se decantó por Espejo del Río, de José Mercé. Palabras y la inmensidad humilde de los paisajes. Y qué bonita es España. Antes del primer café escuchó Let the music play, de Barry White.
La vida sin música es un error..
Y siguió en la ruta. Paso a paso. Un pie y otro pie. La gata bajo la lluvia, de Rocío Dúrcal enamorando sus sentidos. Y, con la brisa del jueves, iba avanzando. Enjoy the silence, de Depeche Mode. Qué lindo es el silencio cuando es sereno y maduro. Y otro kilómetro. Y Tú y yo, de Luis Miguel…
En la tarde en el albergue seguiría la corrida de toros. Toreaba Perera. Viva el toreo!
Es un cuento con una protagonista que no forma parte de los cuatro de mi novela Camino de Santiago
Un cuento de música, con varias de las canciones que aparecen en los capítulos
A los caminos
Al Camino de Santiago y a Santiago
A los artistas mencionados
A la música: la vida sin música no es vida
A Luis
A Pablo
Al toreo. Viva el toreo
Al hermoso silencio
A Manuel
A Miguel Ángel Perera
