Editorial La Revista Peninsular
El martes 24 de mayo ocurrió una tragedia histórica en
Estados Unidos. Un joven de 18 años, armado con rifles de asalto, irrumpió en
una escuela primaria y asesinó a 21 personas. Las víctimas fueron 19
estudiantes que tenían entre 10 y 11 años de edad y 2 maestras que hicieron todo
lo posible por defender a sus alumnos.
La tragedia tuvo lugar en Uvalde, Texas. Es una
pequeña población con 16 mil habitantes los cuales, en su mayoría, son latinos.
De hecho, tanto el asesino como gran parte de las víctimas tenían raíces
latinas.
Este tiroteo escolar, considerado el más grave de los
últimos 10 años en Estados Unidos, ha despertado un intenso debate respecto a
la regulación de armas de fuego. Lo anterior debido a que los norteamericanos
están exigiendo un alto definitivo a las matanzas, y con mucha razón pues es un
problema que ha ido en aumento y que únicamente se normaliza conforme pasa el
tiempo.
En lo que va del 2022, nuestros vecinos del norte han
registrado 213 balaceras de las cuales, aproximadamente, 30 ocurrieron en
centros escolares.
Ante la tragedia en Uvalde, diversos líderes del mundo
externaron sus condolencias por lo sucedido. México no fue la excepción pues
los políticos mexicanos también compartieron mensajes de solidaridad y apoyo.
Desafortunadamente, parece ser que en nuestro país se pasó por alto que el 24
de mayo también fue una fecha trágica para nosotros pues fue el día en el cual
se registraron más homicidios en lo que va del año.
Este martes se registraron 118 homicidios, lo que lo
hace el día más violento del 2022 y el segundo día más violento en el sexenio
del presidente López Obrador; el más violento de todo el sexenio ha sido el 1
de diciembre del 2019 con 127 homicidios. Los datos muestran un panorama aún
más preocupante cuando consideramos que este mes de mayo será uno de los meses
más violentos del año con, hasta el 25 de mayo, 1,980 víctimas de homicidio.
No se trata de cuál situación es peor o más trágica,
pero sí de ver que en Estados Unidos hubo una reacción de indignación que llevó
a la población a exigir medidas para que no vuelva a suceder ninguna masacre
escolar, mientras que en México el número de homicidios del martes fue tomado
como una cifra que seguramente habrá de ser superada pronto.
Para la erradicación de la violencia, es indispensable
combatir su normalización. Cuando la normalizamos, nos desensibilizamos y nos
volvemos tolerantes a los actos violentos de nuestro entorno. Esto hace que
dichos actos se arraiguen y sea más difícil identificarlos y extinguirlos. Por
lo tanto, debemos preservar nuestro sentido de indignación para alzar la voz a
favor de la paz.
El 24 de mayo fue un día trágico para Estados Unidos y
México, aunque en México no lo sintamos así. Lamentamos profundamente lo
ocurrido en Texas y enviamos nuestras condolencias a las familias de las
víctimas, pero, sobre todo, esperamos que puedan tener una solución real a su
problema de armas. Respecto a nuestro país, hacemos un llamado a los mexicanos
a no normalizar la violencia ni ser indiferentes a ella.
No es normal que se mate a tantas personas en un país.
No es normal.
