Por: Alonso Ronald Ortiz García.
@RonaldOrtizG / ronald.ortizg@gmail.com
Thaler y Sunstein, economistas de esta corriente han acuñado el término “nudge”, que en español podría entenderse como el “pequeño empujón”.
Suponga por un momento que usted ha decidido no ponerse una vacuna de alguna enfermedad que lleva mucho tiempo sin presentarse. Lo cierto es que los especialistas coinciden en el grave peligro que podríamos correr por falta de vacunación. En sentido contrario, si todos optamos por vacunarnos generamos socialmente una externalidad positiva: una sociedad más sana y libre de riesgos.
Kahneman, psicólogo estadounidense, señala que el ser humano divide su forma de pensar en dos sistemas. El Sistema 1 es automático, intuitivo, rápido y no demanda esfuerzo. El Sistema 2 es lento, razona, requiere concentración y esfuerzo. Se cree que el 80 por ciento de nuestras decisiones las tomamos desde el Sistema 1, somos flojos y no nos gusta razonar.
Las políticas públicas necesitan influir en las decisiones individuales; esta es la conclusión que se ha gestado por poco más de veinte años a partir del desarrollo teórico y empírico de la economía conductual.
Se puede afirmar que la economía conductual es el resultado de combinar la psicología y la economía con el fin de investigar lo que sucede en los mercados en los cuales alguno de los agentes presenta una limitación cognitiva al momento de decidir.
Thaler y Sunstein, economistas de esta corriente han acuñado el término “nudge”, que en español podría entenderse como el “pequeño empujón” que cambia la estructura de la decisión orientando a las personas a optar por una decisión que mejore su propio bienestar pero sin prohibir u ordenar otras alternativas siendo siempre posible que la persona se desvincule o evite fácilmente la medida si es que así lo desea. Hablamos de políticas públicas capaces de activar el Sistema 2.
Para mayor claridad: el Banco Mundial define nudge como “una política dirigida a modificar un comportamiento (anómalo) pero sin modificar el conjunto de opciones de decisión. Tal política no prohíbe, penaliza o premia ninguna opción en particular. En su lugar, guía a las personas hacia una elección en particular”, comentaré tres tipos de nudges a través de ejemplos.
Nudge 1: cambiar el punto de referencia
Las telenovelas se han usado para modificar actitudes financieras y relacionadas al juego en Sudáfrica, y para reducir la fertilidad y empoderar a las mujeres en Brasil e India. En los tres países se ha logrado avanzar con tasas variables respecto al empoderamiento de la mujer: al cambiar los puntos de referencia se cambia la realidad social.
Nudge 2: cambiar la descripción
Dinamarca, buscó resolver un problema de higiene donde uno de cada 10 pacientes hospitalizados adquiría una infección durante su hospitalización. Se colocaron expendedores de desinfectante gratuito en zonas visibles y estratégicas de los hospitales señalizados con rojo que incluía un mensaje: “Aquí usamos desinfectante de manos a fin de proteger a nuestros familiares”. De un 3% de uso se pasó a obtener un 67% : modificando la descripción y presentación de algo común se puede incentivar su uso.
Nudge 3: cambiar la opción por defecto
Los nudges más comunes y alentadores son tan sencillos como cambiar las opciones por defecto: retiro de salero y de popotes en restaurantes a menos de que lo pidan, reducción de empaques en comida chatarra comercializada en escuelas, etc.
Pero, sin duda, la estrella de este tipo es la donación de órganos por default; se trata de un cambio reciente en México pero dónde la experiencia de Austria nos señala que es posible cambiar el margen de apreciación de la donación del 5 al 99% y el índice de donaciones al triple en un año.
Explorar
Es evidente la relevancia de la conducta individual en muchos de los problemas actuales de políticas públicas, es necesario pensar y aplicar diversas estrategias de intervención.
Los nudges deben entenderse como herramientas de política pública que permiten incidir directamente en la conducta individual y pueden utilizarse conjuntamente a otras medidas regulativas. Adelanto una inquietud: ¿de qué forma una buena baraja de nudges podrían ayudar a mejorar los índices de seguridad en México?
Los gobernantes deben identificar programas y políticas donde se pudieran aplicar los hallazgos de la economía conductual, desarrollar estrategias específicas para incorporarlos en sus acciones y fortalecer las relaciones entre la comunidad científica vinculada a ciencias de la conducta y el Gobierno. Se trata de innovar para resolver problemas públicos.