La Revista

Nuevo gobierno – Consulta del NAIM

Jacob José Rodríguez Calderón
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Por: Jacob Rodríguez Calderón.

Estimado lector, es un bombazo, ha resonado en la vida pública del país la
cancelación del Aeropuerto de Texcoco y la pronta puesta en marcha del proyecto
en Santa Lucía. A través de una consulta popular en la que participó poco más
de un millón de personas y en el que el 70% de esta población optó por el
cambio de proyecto. Este es el contexto de lo que está ocurriendo en esta
semana y en el que se están debatiendo múltiples temas derivados de este
suceso, de entre lo que más llama la atención es el método de toma de decisión
mediante una consulta ciudadana.

No es un misterio, en todo el mundo se utilizan consultas ciudadanas para
tomar decisiones, al final de cuentas es un ejercicio democrático válido, en el
que al pueblo se le pregunta en que prefieren gastar los impuestos que de ellos
emanan. Sin embargo, la consulta del NAIM tiene un tinte diferente puesto que
viene en el contexto de una estira y afloja político, intereses económicos de
por medio y acusaciones de ambos bandos, lo que hace que la consulta se esté
convirtiendo en un instrumento de legitimización sobre la toma de decisiones y
una pauta de gobernabilidad para la administración entrante.

Me causa mucho ruido que mediante una consulta popular se llegue a
legitimar una postura política, cuando ya en la administración previa se había
tomado un rumbo conforme al proyecto aeroportuario. Para este tipo de
decisiones haría falta un enfoque más amplio, una consulta, una encuesta, mesas
panel, etc. Sin embargo cuando ya viene declarada la línea política pareciera
que esta consulta funciona únicamente como un elemento de legitimización de la
postura establecida, resguardándose bajo el argumento del mandato popular por
encima de todo. Haciendo cuentas estimado lector, menos del 1% de la población
mexicana participó en la consulta.

Siempre he sido muy partidario de no tenerle miedo a la democracia, y si un
millón de personas acudió a dar su opinión, pues se debería de tomar en cuenta
y formar parte de la discusión y al final entregar algo que convenga al bien
común. Es importante realizar estos ejercicios democráticos, pero siempre al
margen de una toma de decisión responsable.

Imaginemos el caso hipotético que de repente le hiciera falta dinero al
gobierno y alguien viniera con la audacia de tomar parte de las reservas
internacionales del banco de México para subsanar estas deficiencias, se hace
una consulta pública ¿Cuál cree que sería el resultado? A esto me refiero con que hay que tener mucha
cuidado con estas consultas, no hay que tenerles miedo pero si hay que
quitarles el contenido político y hacer que formen parte de una toma de
decisiones enfocada en un plano integral.

Jacob José Rodríguez Calderón
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