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¿Nuevo orden internacional?

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.

Lo que mal comienza, mal acaba, según una de las tantas máximas acuñadas a lo largo de los años, de los siglos.

Realmente fue inaudito ver cómo el poder de Donald Trump se diluyó…su ambición lo acabó. Su prepotencia y el sentirse y creerse superior lo marcaron para el resto de su vida, tenga o no los miles de millones de dólares que se señala tiene.

Ver cómo encendió a una turba de fanáticos y los envió al corazón de la democracia estadounidense para hacer lo que todos vimos, es imperdonable para el mismísimo Donald y para cualquier otro presidente populista con afanes de poder, de perpetuarse y pensar y sentirse un mesías, un Dios.

Desde que llegó al poder Donald Trump mostró de qué está hecho y hasta donde sus ambiciones de poder lo podrían conducir. ¡América Primero!…..¡México pagará el muro!…¡Los mexicanos son narcos, rateros, violadores!…ahí mostró su racismo, fanatismo y muchas cosas más que lo tienen como una vergüenza no tan solo para su país sino para el mundo entero.

Y es aquí cuando debemos mirar al resto del mundo, incluyendo a nuestro México amado y querido, donde vemos a un mandatario que bajo la premisa de acabar con la corrupción, de manera gradual amasa poder absorbiendo y pulverizando instituciones.

Centralizar el poder es muy mal presagio. El poder, las decisiones para beneficio o perjuicio de 130 millones de mexicanos en las manos de una sola persona es una bomba de tiempo. Cierto es que el presidente de México tiene un pulida capacidad de convencimiento entre sus seguidores muy bien pulida y definida, pero finalmente todas las decisiones, sin importar el tema, están en sus manos.

No olvidemos que AMLO llegó al poder por el voto de 30 millones de mexicanos hartos de la podredumbre en sexenios anteriores. Pero tampoco debemos olvidar que la gente votó por AMLO, por su persona, no por su proyecto de nación, esto último, para mi, es una falacia, seguimos siendo y haciendo lo mismo. ¿Y con quiénes se rodeó para gobernar?….Con priistas, perredistas, panistas y demás integrantes de satélites que como muchos se caracterizan por disfrazarse de convicciones según el gobierno en turno, todo con tal de permanecer en el poder, de seguir viviendo y gozando de recursos públicos y…poder, poder, poder.

Bueno, con el abrupto final de un cuatrienio de Trump, digno de un filme de Stanley Kubrick, inicia, creo yo, un proceso de reorganización política y económica internacional, esperando sea con orden, ética y principios que deben ser las características de los políticos y gobernantes. El poder es para servir, no para servirse de él.

Por lo pronto, el mandatario mexicano ya dejó entrever que no irá a la toma de protesta de Joe Biden…¿mal comienzo?, no se, tal vez, o tal vez el reinicio de una política racional, con sentido y principios, abandonando el centralismo y el poder en una sola persona.

Sin duda lo sucedido en Estados Unidos que resultó bochornoso para los estadounidenses y para el mundo occidental es el inicio de un proceso de re-ingeniería que llegará a todos los rincones con excepción de dos grandes potencias que hoy por hoy se disputan con la Unión Americana, la gran supremacia mundial: La República Popular China y Rusia.

PD. Estamos ante el inicio de una nueva era política.
   
Hasta la próxima y esperamos que Gatell traiga de Argentina las vacunas que urgen. (la rusa y china, precisamente)

Marco Cortez Navarrete
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