La Revista

Nuevos horizontes de la transparencia

Joel Salas Suarez
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Profeco lleva más de diez años con el programa “quién es quién en los precios”, que permite cuidar el bolsillo de todos.

Por: Joel
Salas Suárez

Comisionado
del INAI

@joelsas

Uno
de los mayores logros de la transparencia en México es la obligación de
publicar por ley información específica que sirve para rendir cuentas sobre
aspectos altamente sensibles. La actual ley general de la materia establece un
número considerable de obligaciones de transparencia. Esta información es útil,
pero poco consultada. Solo cinco obligaciones de transparencia concentran la
mayor parte de las consultas: estructura orgánica, directorio de servidores
públicos, remuneración mensual por puesto, concesiones, permisos o
autorizaciones otorgados y contratos.

Las
instituciones públicas producen otra información relevante que puede cambiar la
vida de las personas. Cómo acceder a becas, dónde están los servicios que
proporciona el municipio, a qué hospital acudir para atender cierta enfermedad…
Esta información debe llegar a la población a la brevedad, pero debe tener
ciertas características para facilitar su acceso y comprensión. De poco sirve
transparentar los contratos públicos si requieren de un abogado para
entenderlos, poco son los efectos positivos de una beca si pocos jóvenes
conocen que pueden solicitarla.

Así
como un tutorial de internet puede ayudarnos a resolver un problema casero en
cinco minutos o menos, la información pública puede y debe hacer lo mismo
mediante la Transparencia Proactiva. Esto implica que de forma voluntaria se
ponga a disposición información de un tema específico porque hay un interés
expreso en ella o porque conviene adelantarse ante una coyuntura. La idea es
simple: detonar deliberadamente la generación de conocimiento para un fin
concreto. Se trata de que las instituciones públicas se adapten a las
necesidades y hábitos de consulta de las personas.

Afortunadamente,
la Transparencia Proactiva ha permeado en todos los poderes y niveles de
gobierno del Estado mexicano, incluso con participación ciudadana y recurriendo
a medios que van más allá del uso de internet, lo cual demuestra la capacidad
de innovación y creatividad que hay en México. Menciono al vuelo ejemplos, pero
existen muchos más. Profeco lleva más de diez años con el programa “quién es quién en los precios, que permite cuidar
el bolsillo de todos. En Chihuahua capital, la iniciativa ciudadana Monitor Karewa facilita el
acceso a la información mediante una presentación más clara y menos técnica de
las compras públicas de este municipio detonando la contraloría social. En el
Tribunal Judicial de la Federación en Oaxaca usaron altavoces para difundir
resoluciones de sentencias importantes en materia electoral, algunas fueron
voceadas en lenguas indígenas.

Se
puede hacer mucho bien en la vida de las personas si pueden acceder a la
información que necesitan de forma oportuna. Las demandas de los ciudadanos son
muy variadas y distintas, las instituciones públicas no deberían encerrarse a
una sola forma de responder sus inquietudes, pero las diversas soluciones deben
ser de calidad. Para motivarlas y orientarlas en esta tarea, en el INAI elaboramos
la Guía de transparencia proactiva
nacional

donde se fijan estándares para ofrecer información de interés público. En ella
se explican los pasos para tener una práctica de transparencia proactiva
efectiva: identificar la información que es útil para los ciudadanos,
publicarla de una forma que sea entendible, difundirla, que se conozca, medir
qué tanto se usó la información y si funcionó, para después evaluarla y
encontrar áreas de mejora.

Estamos
en una época de cambios gubernamentales, en la cual la administración federal
ha implementado y sustituido políticas públicas en materia de educación, salud,
atención a jóvenes, adultos mayores, migración, entre muchas otras. Estos
cambios han abierto un debate en nuestra esfera pública que permite contrastar
las posturas a favor y en contra de esas políticas públicas. En este contexto,
la información pública para evitar la asimetría de información entre las
instituciones públicas y la población, es decir, para que cada que persona que tiene
derecho a acceder a los beneficios de una política pública tenga la información
para hacerlo. En otras palabras, las personas necesitan la información para
poder beneficiarse de las políticas que se implementan y las instituciones
públicas requieren de transparencia proactiva para dar los resultados que
proyectan.

Desde
que fui designado comisionado del INAI he trabajado, con un equipo que
compartimos convicciones, para fortalecer las capacidades en la sociedad y las
instituciones del Estado para construir un México Abierto y colaborar a
edificar un México Justo. Es decir, un país donde la información pública sirva
para que la ciudadanía conozca más y mejor qué hace el gobierno, qué se puede
mejorar y qué se debe señalar, pero también para que con esa información las
personas puedan exigir y contribuir al cambio que todos queremos para nuestro
país: un México sin corrupción, sin desigualdad ni violencia. Para construir un
país donde la información pública ayude a más personas, el INAI debe asumir el
reto de divisar y enfilarse hacia nuevos horizontes de la transparencia.

Post scriptum: Es oportuno debatir sobre la
pertinencia de mantener el número de obligaciones de transparencia, pues
reducirlas podría liberar recursos humanos y tecnológicos para que se utilicen
en ejercicios de transparencia proactiva que acerquen a la población la
información que requiere en este contexto de cambios en las políticas públicas.

Joel Salas Suarez
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