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¡O te aclimatas, o te aclimueres!

Raul Monforte González
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Construyendo, por: 

Raúl Asís Monforte González.

¡O te aclimatas o te aclimueres! Es una frase popular muy usada en México para indicar la necesidad de adaptarse
o acomodarse a las condiciones en las que te encuentras, para poder sobrevivir. Se aplica por ejemplo cuando eres
empleado, y no te agrada tu espacio de trabajo, o el ambiente laboral, o las formas en que tu jefe ejerce su autoridad
contigo y con tus compañeros. Entonces, si deseas conservar tu empleo y la fuente de ingresos que te permiten
sostener a tu familia, no te queda otro remedio que aguantarte. 

También se aplica, desde luego, a la famosa teoría de la evolución, según la cual no necesariamente sobrevive el
más fuerte, sino el que mejor se adapta a las cambiantes circunstancias. 

Pero no siempre es posible confiar en que todos los problemas puedan ser resueltos por un proceso evolutivo. En
ocasiones los cambios en las circunstancias suceden a mayor velocidad de lo que una especie como el ser humano,
puede alcanzar una evolución de su organismo, que le permita soportar las nuevas condiciones. 

Desde que la temperatura media anual global es medida, los 19 años más calurosos de la historia, han ocurrido en
los últimos 20. El cambio climático se ha convertido en una amenaza para la humanidad y sus consecuencias tienen
un impacto notable en una gran cantidad y variedad de sectores. Uno de ellos es la salud humana, y en especial
podemos focalizar sus efectos en el ámbito laboral. 

Los daños y afectaciones causados directamente por el calor en los centros de trabajo, podrían estar sub registrados
o erróneamente catalogados, por lo que podríamos estar frente a un enemigo silencioso y furtivo, que pasa
inadvertido en la mayoría de los casos. 

Y esta es una preocupación especialmente importante para los trabajadores que usualmente están expuestos al
sol, como los obreros de la industria de la construcción, y los del sector de las energías renovables, tanto los técnicos
de turbinas eólicas, como los instaladores de paneles solares. 

La cantidad de días de exposición a temperaturas consideradas peligrosas, en obreros de la construcción en los
Estados Unidos, se estima que será mas del doble en 2030, de lo que se registró en el año 2000, y para 2050 se
estaría triplicando. Un estudio independiente, mostró que por cada incremento de 5ºC en la temperatura ambiente,
el incremento de los casos que requieren hospitalización, derivados de la exposición al calor, aumentan un 393%. 

Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) en aquel país, señalan que cuando se detona
el proceso de un golpe de calor, la temperatura corporal puede alcanzar los 41ºC en un lapso tan corto como 10-
15 minutos, por lo que, cuando los síntomas empiezan a ser evidentes, es posible que ya sea demasiado tarde, con
mayor razón si tomamos en cuenta que la persona está laborando en una azotea, o en lo alto de una turbina eólica. 

Adicionalmente a lo grave que ya es para la seguridad y para la vida de los trabajadores, los costos no solo por
atención de estas afectaciones sino por la disminución de la productividad, pueden llegar a ser exorbitantes. 

Por fortuna, los avances de la tecnología son sorprendentes, y hoy en día la tendencia en el mundo del
equipamiento laboral se enfoca en el monitoreo continuo e individual, por cada trabajador, de una serie de
indicadores fisiológicos como el ritmo cardiaco, la temperatura corporal y la pérdida de la sudoración, entre muchos
otros indicadores, que permitirían detectar a tiempo las amenazas y así actuar a tiempo. Con esto, sería posible
mitigar sensiblemente los riesgos derivados del calor, ahorrar mucho dinero a las empresas, al sector salud, y a los
propios trabajadores, pero con mayor importancia, permitiría salvar muchas vidas. 

Esto se realiza por medio de sensores insertados o adaptados a los chalecos, cascos, botas u otros elementos del
equipamiento básico de un obrero, que envían los resultados del monitoreo en tiempo real al departamento de
capital humano de la empresa, o al encargado de la seguridad laboral, el cual puede avisar directamente al obrero
que presente una sintomatología que anuncie un posible riesgo, y brindarle asistencia. 

A este conjunto de tecnologías, se les llama Smart PPE (Personal Protection Equipment), o Equipos de Protección
Personal Inteligente, y hay muchas empresas en todo el mundo desarrollando cada vez mas y mejores aplicaciones. 

Por lo tanto, y gracias a los avances tecnológicos, hoy en día podemos tener opciones viables para prevenirnos de
los efectos del cambio climático. Desde luego que una mayor responsabilidad social de las empresas es necesaria,
pero también un mayor compromiso de los trabajadores con su propia seguridad y con la productividad. El sector
público tiene que asumir con responsabilidad sus funciones normativas, pero también debe incentivar estos
esquemas mediante estímulos fiscales. 

Conviene aclimatarse, pero invirtiendo en tecnología y promoviendo buenas prácticas laborales, en beneficio de
todos, ¡Vale la pena! 

Raúl Asís Monforte González
© Copyright 2020. Raúl Asís Monforte González. Todos los derechos reservados.
Mérida, Yucatán a 05 de septiembre de 2020
E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González.
Twitter: @raulmonforte

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