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Obsesivo

Luis Repper Jaramillo
Luis Repper Jaramillo
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Por: Luis Repper Jaramillo.*

lrepperjaramillo@yahoo.com

Obsesivo
Paciente de TOC

Me confiaba una
amiga que un chico guapo, decente, inteligente, de buena posición social,
seguro de sí mismo, la pretendía. Pero ella, pese a esas extraordinarias cualidades,
no le interesaba, no sentía ninguna atracción por él. Estaba enamorada de un
vecino que desde pequeños tuvieron fascinación mutua, ya en la adolescencia se
enamoraron y había planes de boda.

Sin embargo, su
enamorado, había convertido en obsesión su interés por ella, al grado de acosarla,
perseguirla, molestarla. Recuerdo una frase que dijo respecto a este
“sentimiento”, cuando el interés se
convierte en obsesión, se pierde la
razón y lleva al desastre

Pasado este feroz
incidente, ella casó con su eterno vecino y son felices. El obstinado, me
confió, se perdió en las drogas, soberbia, inmadurez.

La obsesión cae dentro de la enfermedad
mental, conocida como Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), que son
“pensamientos excesivos (obsesiones) que llevan a comportamientos repetitivos
(compulsiones). Quien lo padece, actúa irracionalmente,
condenado a temores que provocan comportamientos compulsivos. Se caracteriza
por pretender tener el CONTROL DE TODO.”

¿En dónde he visto
esto? ¿En dónde he visto esto? ¡Aah,
en México! ¡¡Claro!! en Andrés Manuel
López Obrador.

Para entender esta
patología del Coordinador Nacional de México (porque no gobierna, menos sabe
cómo hacerlo) hemos de dar el contexto para conocer lo que es la obsesión
enfermiza, como la de aquel enamorado que perdió y sucumbió por su TOC.

Hablar de obsesión
nos lleva irremediablemente a pensamientos, imágenes, ideas o impulsos indeseables, que se producen de forma
repetitiva generando un gran nivel de ansiedad porque piensa que va a hacer daño
a alguien, a sí mismo o va a ocurrir alguna desgracia, que escapa a su control.

¿Qué hay detrás de
una obsesión?

La tendencia a
interpretar la información ambigua como amenazante, sacando conclusiones
precipitadas que provocan incremento de ansiedad y su obsesión. Un alto nivel
de la patología es la manifestación de ansiedad en la mente.

Esa enfermedad por
el control de las cosas interfiere en las actividades diarias y causa
sufrimiento emocional. El paciente con TOC sufre disfunción en la sincronización
de la actividad entre diferentes grupos de neuronas (las pocas que le quedan).

 

 

López Obrador está
obsesionado con el poder. Su máximael
Estado soy yoSu filosofía, “mis
colaboradores tienen que ser leales a ciegas”, O su descabellada visión “los funcionarios
de mi administración deben tener 90% de honestidad y 10% de experiencia”,
demuestra que no tolera que “alguien” sea más inteligente que él, para tener el control de todo, como ha
demostrado los 3 años 3 meses de su fallido gobierno, pues sus gabinetes son floreros a favor de Andrés Manuel y no
como la Constitución mandata, al servicio del pueblo, de los mexicanos.

Su comportamiento
obsesivo se caracteriza por la interpretación que da a las situaciones: “si no
están con la Transformación de 4ª, están contra la Transformación de 4ª”. Saca
conclusiones precipitadas: cuando la prensa “no alineada” exhibe, divulga,
muestra las fallas, corrupción, impunidad, omisiones, mal trabajo de su
gobierno, las tranzas de familiares, amigos, colaboradores concluye que “son
ataques” de los conservadores, la mafia de la información, los chayoteros. No
acepta que hace mal las cosas y “busca culpables”. No asume responsabilidades.

Esa reacción del
inquilino de Palacio Nacional –desde hace más de 21 años-, como candidato
presidencial eterno, hoy gobierno- le provoca incremento de ansiedad y obsesión.
Ansia compulsiva irracional (pierde la noción de la realidad y se hunde en su
mundo ideal).

Sus promesas de
campaña y aun en discursos oficiales como Ejecutivo Federal, caen en el
universo ideal de Andrés, su obsesión… ¡vamos!

Cuando se presenta
nerviosismo –que en AMLO es permanente- le aparecen los famosos “y sí…”
Actitudes catastróficas y similares que lo llevan a la obsesión.

Su patología
permanente lo ubica en estado de ánimo depresivo. El enfermo presenta actitudes
de indefensión y visión negativa hacia su
pasado
, presente y futuro. Su mal –y basta con observar sus reacciones,
actitud, movimientos y su cara- presenta alteraciones neuroquímicas comunes en su trastorno depresivo y su TOC asociados
a una alteración en la recaptación de los niveles de serotonina (sustancia que está presente en las neuronas y realiza
funciones de neurotransmisor, relacionado con el control de las emociones y el
estado de ánimo.

Las pocas neuronas
que le quedan a Andrés Manuel, lo convierten en irracional, locuaz, obsesivo de
poder y controlador. Esto interfiere en sus actividades diarias y le provocan
sufrimiento emocional. Su TOC genera disfunción de la sincronización de las
actividades entre diferentes grupos de neuronas –de las que le quedan pocas-

López Obrador es
astuto, aprovecha sus virtudes y debilidades para engañar. La muestra más
contundente es el timo que hizo a más de 30 millones de chairos, amlovers,
pejezombies, larvas, adoradores, en junio de 2018, para ganar la elección
presidencial. Fue legítimo… pero las ofertas y compromisos de la campaña fueron
simuladas, pues 3 años después del 1 de diciembre de ese año, la realidad (la
verdad) es evidente, México está hecho una desgracia, caos y desilusión de más
de 15 millones de esos incautos, que ven y padecen que su ídolo es mentiroso; un paciente con Trastorno
Obsesivo Compulsivo (TOC)

El señor López
vive obsesionado con el poder. Lo buscó a lo largo de 18 años de campañas, le
pegó en la del 18. Se convirtió en mesías de “leales a ciegas” y quienes no lo
toleramos, periodistas decentes, nos clasifica como mafia de la información,
chayoteros, aliados de los conservadores, fifís, etc.

Cuando llegó a la
Silla del Águila, se obsesionó en “joder” a los empresarios que financiaban el
Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco, para sustituirlo por su
capricho, la Central Avionera Santa Lucía, un aeropuerto regional, militar,
pequeño. Fue tanta su obstinación que ejerciendo poder y control absoluto (sin
consultar a expertos en aeronáutica) ordenó al Ejército remodelar y construir
una Central Avionera no importándole provocar daños colaterales (ejidatarios,
pequeños propietarios, campesinos, familias, pueblos originarios, vecinos del
aeropuerto. Su obsesión triunfó.

Luego, como no
todos los mexicanos soportamos sus tonterías, arremetió obsesivamente contra la
clase media, empresarios, comerciantes, emprendedores, inversionistas a quienes
califica como “mafia del poder” En la época del Coronavirus (2020 a la fecha)
fustigó a médicos, enfermeras, afanadores, personal de limpieza de hospitales,
a quienes restó capacidad e inteligencia para hacer su labor, por el hecho de
protestar porque la Transformación de 4ª jamás los dotó de insumos, vestimenta,
equipo especializado, etc. para atender y prevenir pacientes COVID.

Lo más reciente,
la desvergüenza de su hijo José Ramón López Beltrán, a quien medios y
periodistas como Carlos Loret de Mola, Carmen Aristegui, Brozo, entre otros,
exhibieron la vida millonaria en que se mueve el Jr. con las famosas casas de
Houston, Texas (historia que los mexicanos conocemos y que no se puede
ocultar).

El obsesivo y
paciente de TOC creyó irse por el “más débil” de los comunicadores que “a
palos” tunden a la Familia López Beltrán y López Gutiérrez, que, con pruebas,
documentos, videos, fotografías, entrevistas, denuncias, desenmascaran las
mentiras de Andrés Manuel sobre austeridad
republicana
, vivir en la honrosa
medianía
, primero los pobres, etc.
y arremetió ilegalmente desde Palacio Nacional (Monólogo de su Soberbia) contra
el periodista, pero resulta que el “cazador fue cazado”… y le entró la
obsesión.

Primero lo
denostó, nada pasó. Luego utilizando todo el Poder del Estado (sus dependencias
le filtraron información confidencial de Loret) exhibió en la pantalla de su
nicho, una escala de ingresos del comunicador (falsas e infladas) violando la
Constitución y leyes que de ella emanan. Como tampoco le resultó su teatrito,
amenazó al yucateco con extraer información secreta en la Secretaría de Hacienda,
el SAT, el INAI violando el Secreto Financiero, la Ley de Protección de Datos
Personales y la Nacional de Derechos Humanos.

En su obsesión
contra Loret, las instancias a las que recurriría le dijeron NO.

Andrés está
enfermo. Su obsesión de poder y control, además de colérico vengativo lo han
convertido en sujeto incapaz de desarrollar la gobernanza que 30 millones de
votos depositaron en él.

*Colaborador de
los Grupos Editoriales Digitales
radioexpresionmexico.com,
mexiconuevaera.com, pausa.mx, revistapeninsular.com.mx, aldeadigital.mx, bajosello.com

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