El gobierno de Estados Unidos concluyó esta semana el despliegue especial de agentes de la United States Border Patrol en la ciudad de Charlotte, en el estado de Carolina del Norte, luego de realizar más de doscientos arrestos en un lapso de apenas cinco días, informaron autoridades locales.
El alguacil del condado de Mecklenburg, Garry McFadden, indicó que la operación, denominada “La Telaraña de Charlotte”, había finalizado oficialmente, aunque advirtió que el U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE) “mantendrá plena autoridad para detener a cualquier inmigrante indocumentado de acuerdo con la ley federal”.
Por su parte, el Department of Homeland Security (DHS) contradijo la versión del alguacil y sostuvo que la operación no ha concluido y “no terminará en el corto plazo”.
Según datos oficiales, en los primeros cinco días del operativo se realizaron al menos 200 detenciones, incluyendo personas con antecedentes penales importantes como agresión agravada, asalto con arma peligrosa o conducir bajo efectos del alcohol.
La ofensiva federal se desplegó en una ciudad gobernada por demócratas, como parte de una estrategia nacional centrada en incrementar las expulsiones masivas de personas en situación irregular, especialmente en jurisdicciones que evitan cooperar plenamente con agentes migratorios federales.
El operativo generó una marcada tensión en la comunidad migrante de Charlotte: se reportaron cierres de negocios, ausencias escolares y manifestaciones ciudadanas, mientras residentes denunciaron presencia de agentes enmascarados y procedimientos de detención agresivos.
Ante este panorama, la alcaldesa de Charlotte, Vi Lyles, expresó su alivio por el cese aparente de la operación y llamó a la unidad entre los residentes. “Me siento aliviada por nuestra comunidad y por los residentes, negocios y todos aquellos que fueron el objetivo y se vieron afectados por esta intrusión”, escribió en su cuenta en X.
Queda por ver cómo evolucionará la situación en Carolina del Norte y otras ciudades que podrían ser blanco de futuros operativos federales. El condado de Mecklenburg permanece en alerta, mientras la comunidad migrante evalúa sus próximos pasos para proteger sus derechos y responder ante posibles nuevas acciones.


