Reflexiones en voz alta, por:Carlos Capetillo Campos.
Si en 6 años no le comprobaron ningún delito a Elba Esther Gordillo, entonces habría que consignar a quienes la encarcelaron sin fundamentos legales; por ineficientes, que con todos los recursos del Estado y durante un sexenio no pudieron comprobar las acusaciones.
Después de estar oficialmente, aunque en realidad nadie lo cree, detenida casi seis años, por oponerse a la Reforma Educativa implementada por el gobierno anterior, la maestra Elba Ester Gordillo fue oficialmente liberada con la misma publicidad conque fue detenida.
Y ahora, al inicio de la semana, los medios dieron cuenta de que le devolvieron todos sus bienes asegurados por la Fiscalía General de la República en el 2013. Cuentas bancarias, inmuebles, obras de arte, vehículos, todo a excepción de un avión que era el que utilizaba.
Ahora resulta que no se le encontró culpable de nada, así como suena y se lee, DE NADA.
Solo falta que se le indemnice a costa de nosotros, los ciudadanos mexicanos, que pagamos cada capricho, ocurrencia, corrupción e ineficiencia de nuestros gobernantes, aunque eso signifique restarle recursos al país para su desarrollo y escenarios mejores para las nuevas generaciones.
Es posible que el fuerte calor en este paraíso Yucatán, limite mi capacidad de absorber tanta claridad en la impartición de justicia. Porque pregunto, como es posible que haya sido detenida sin sólidas justificaciones.
Como durante 6 años no le comprobaron ningún delito, ni siquiera enriquecimiento ilícito, del cual además hacia ostentación grosera. Si todo fuera cierto, entonces debemos de consignar a los que la consignaron por una detención arbitraria, sin fundamentos legales; por ineficientes, que con todos los recursos del Estado y durante 6 años no hayan podido comprobar las acusaciones, independiente que, durante su supuesta detención, gozó de múltiples privilegios.
Me imagino que lo menos que se puede hacer por el área de justicia del gobierno federal, es que los responsables de esta no sé si llamarlo cochinada o solo parte del cochinero, que dice ya por enésima vez el Presidente López Obrador, sean consignados y que paguen los costos de la detención de la situación de la maestra Gordillo. Es lo menos que esperamos los mexicanos.
Y por cómo van las cosas uno no sabe si son chistes o anécdotas, cuando cuentan que se reunieron los Presidentes de México, el entrante y el saliente. El entrante pidiéndole con insistencia al saliente un consejo para el ejercicio del cargo. Al fin el saliente le dijo: en el cajón de tu escritorio te dejo tres sobres, numerados del uno al tres. Cuando tengas una crisis abre el sobre uno y aplica lo que dice.
Si vuelves a tener otra crisis abre el sobre dos y si llegaras a tener una tercera crisis abre el tres.
El entrante así lo hizo y al abrir el primer sobre encontró una nota que decía: Échame a mí la culpa de todo lo malo. Perfecto, así lo hizo.
Pero llegó la segunda crisis y al abrir el sobre dos encontró una nota que decía: Cambia a tu equipo. Perfecto. Así lo hizo.
Pero llegó una tercera crisis y al abrir el último sobre encontró una nota que decía: Haz tus tres sobres.
Así está este gobierno, solo que sus crisis son provocadas por ellos mismos.
Cuando el Presidente contradice a funcionarios estando ellos presentes y delante todos los medios, no solo está exhibiendo la poca dignidad de esos funcionarios, ya que por dignidad deberían renunciar en ese mismo momento, sino que está devaluando el cargo que detentan los ofendidos. Les quita credibilidad y autoridad.
Pero echarle la culpa a los del pasado y bautizarlos con apodos que han llevado a una división y enfrentamiento entre los sectores y niveles sociales, contrario a la responsabilidad del Presidente de unir a los mexicanos que combatieron en la campaña política electoral, es una falla grave en el cumplimiento de sus funciones y tratar de ocultar en esas acusaciones, una ineficiencia para resolver los problemas.
Pero cuando el tema recurrente de un día sí y el otro también, de culpar a los funcionarios del pasado de dejar un cochinero al país, también es irresponsable, toda vez que si tiene pruebas debe consignar a esos responsables y no hacerlo es volverse cómplice.
Pero esta situación está dando lugar a un alejamiento y criticas hasta ahora en espacios limitados, de muchos de los que lo apoyaron en su campaña política. Y debería estar pendiente de esto, ya que es su misma base de apoyo la que se debilita.
Y sobre las grandes manifestaciones de apoyo, debe recordar como ex priista distinguido, que el PRI inventó ese método, mismo que él organizó muchas veces y que después calificó como acarreos vergonzosos. Es lo mismo, llámenle ahora como quieran.
Señor Presidente, es usted el dirigente de un país de 123 millones de mexicanos, de un país que está entre las principales economías del mundo, que forma parte de las principales alianzas comerciales del mundo y todos quisieran apoyarle decididamente, pero para que sus promesas de campaña sean una realidad de gobierno, usted estableció un lema en su partido político: Morena la esperanza de México. Ahora como candidato, esa esperanza vuélvala realidad para bien de usted, de los mexicanos y de México.
Te saludo cordialmente.