Por Bernardo Graue Toussaint
Querido Emiliano:
Te escribo estas líneas al enterarme de tu lamentable fallecimiento a la edad de 11 años.
Diste la vida al defender con valentía a tu madre, cuando unos criminales intentaban secuestrarla en Paraíso,Tabasco.
No sabes cuánto me dolió ver y oír cómo, una vez herido por una bala de esos delincuentes, exclamabas ¡¡No me quiero morir!!
No sabes cuánto me duele tu partida.
No sabes la sensación de culpa que me embarga, porque estos criminales se han adueñado de amplias regiones del país por responsabilidad de autoridades ineptas (omisas o cómplices, da igual), que han convertido en un infierno a muchas comunidades de México. Mi sensación de culpa se centra en mi convicción de que es responsabilidad nuestra, porque como sociedad HEMOS permitido que el gobierno y los criminales hagan lo que quieran con el destino de 132 millones de mexicanos.
¡Perdónanos Emiliano, porque en el hospital de esa localidad no hubo los insumos necesarios para salvar tu vida!
¡Perdónanos Emiliano, por no haber construido un país decente en el que los niños de 11 años deberían de estar jugando, en vez de enfrentarse a delincuentes armados!
Por favor, Emiliano ¡Perdónanos!
Desde aquí abrazo tu alma.
graue.cap@gmail.com