Poquito a poco llega el verano, llega el ole, llega el amor. El último punto del primer párrafo de la segunda hoja que el hombre portaba en las manos sabía que esa era una afirmación muy cierta. Era un punto de tinta verde, un punto con muchísima historia encerrada en su diminuto ser. Era modesto, la egolatría es horrenda, pero sabía reconocer en su justa medida su valía. Sus familiares más antiguos eran puntos, y comas, que habían formado parte de El Quijote!
Y su padre iba en un libro sobre Joselito el Gallo!
El punto verde era admirador de lo lento. Lo que se hace bien se hace con calma, igual que se torea y se besa y se ama. Así lo supo aquella tarde cuando formó parte del magnífico texto que había leído aquel tipo ante un breve, pero magnífico, auditorio. Y qué bien sonaban todas aquellas palabras.. porque eran palabras de verdad! Las falsas suenan feas, rascan, tienen aristas. Hoy, el punto de tinta verde aparece otra vez. Unos años han pasado desde su primera aparición, ha madurado, es más redondo.
Y la narración del hombre es tan hermosa. Y sincera! El punto está emocionado…
Dedicado a los párrafos de los textos que se escriben con verdad
Y a la gente de verdad
A Carlos
A Luisito
A la memoria de Joselito el Gallo. Y a los que tienen décimos de Joselito el Gallo
A cada Quijote actual: conozco varios
A los puntos: qué importantes son!