En estos tiempos complicados hablamos del hoy pues nunca habíamos video una parálisis mundial, nunca habíamos estado tan desprotegidos, nunca nos vimos en riesgo y eso no es todo, lo que viene se presenta como una de las peores crisis de un país que ha hecho de tripas corazón en cada una de ellas.
Las crisis en nuestro país no son cosa ajena, han estado presentes en buena parte de nuestras vidas, hemos tenido de todo tipo y siempre hemos salido avante. No obstante, nunca en nuestra memoria hemos tenido una situación de parálisis mundial y eso nos ha llevado a bautizar lo que se hará como “nueva normalidad”, es decir tenemos que seguir con la sana distancia y cuidándonos pero, en un país que necesita, en su mayoría, trabajar para comer es algo complicado y no obstante, somos como mexicanos, bastante responsables y aunque no se tenga un cubrebocas de “calidad”, el pedazo de tela se usa y los dedos se cruzan para evitar contagio y, no obstante, ante la falta de recursos de unos y otros, de los ciudadanos y el gobierno, es reactivar las actividades fuera de casa.
Hay una espiral descendente que habría que considerar, en este país como dije antes, la mayoría debe trabajar para comer, eso significa que vivimos al día y que “ahorro” es una palabra fuera del léxico, eso también aplica a muchas empresas en las que su mayor costo es la nómina y donde el cierre ocasionó que estas dejaran de vender o prestar sus servicios afectando, obviamente sus ingresos y sin lana pues no hay para pagar nómina y ni siquiera fue su culpa o una mala administración fue la falta de crecimiento y el tiro de gracia llamado covid-19 “Lo siento pero, no puedo pagarte” fueron las palabras recibidas por millones de mexicanos. Las empresas, esos entes generadores y distribuidores de riqueza fueron dejados de lado ante la obvia atención a la salud. El desempleo, aunque desearía que no fuera así, suele impactar en el aumento de robos a casa habitación y a transeúntes, el cierre de empresas provocará escasez de competencia y aumento en precios, la falta de ingresos por un sueldo o salario hará que todos se aprieten el cinturón lo que afectará a las instituciones de educación privada y saturará los de educación pública y en el mayor número de alumnos por clase, habrá menos atención a los mismos por razón de simple lógica.
Menos ingreso, aumento en robos, menor calidad de educación, esto significa que nuestro bienestar social estará en números rojos y si de por sí ya estamos divididos entre chairos y fifís, unos dirán que es culpa del gobierno por no atender al empresariado y otros acusarán al neoliberalismo y los gobiernos anteriores. Ambos lados tienen razón y ambos están equivocados pero ¿saben qué? Eso es lo de menos, así un lado o el otro fueran los poseedores de la verdad absoluta, el tener la verdad agarrada por los pelos, no resuelve ninguno de los problemas que se nos vienen encima, una que tiene el potencial de costarnos el futuro de la siguiente generación y un bache del que será increíblemente difícil de salir.
Habrá que orientar en otra dirección programas de gobierno, habrá que hacer ajustes en soberanía alimentaria, habrá que innovar y reinventarnos como sociedad, habrá que sacar esa resiliencia del mexicano y nuestro tan aplaudido ingenio para resolver lo que vendrá.
Deberíamos buscar la posibilidad de orientarnos hacia energías renovables, en cultivos orgánicos en nuestro patio para poder hacer un sistema de trueque con nuestros vecinos y así no solo tener comida sino remendar el tejido social, debemos evitar esas divisiones que no ayudan y si cuestan pues esta realidad que vivimos está más allá de las culpas que se puedan echar de ida y vuelta. Hay un México antes de la pandemia y tendremos uno después de ella y más allá de cualquier gobierno o ideología que tengan, como sociedad somos mucho más y muchos más, así que depende de nosotros construir el México que queremos y que nos merecemos. Después de esta pandemia y de la crisis que vendrá, en ese mundo post-covid, en una sociedad que ya no podrá echarle la culpa a nadie, en un futuro que aún tenemos que escribir y en los que hasta el momento nuestros borradores han sido fallidos, en ese momento crucial,verdaderamente sabremos de que estamos hechos los mexicanos
