Los cerberos del primer círculo, los cercanos al inquilino, esos, andan nerviosos, preocupados, inquietos, ansiosos y casi vueltos locos.
Nada ocupa más su mente que la sucesión, las tareas de gobierno se han enfocado al aparente apoyo a quien institucionalmente debe ser el sucesor; el inquilino del otro palacio, las banderas de alto al fuego ondean por doquier.
Han parado los embates públicos, pero los ánimos aún persisten y la mente les traiciona, la negativa de quien pudo ser la sustituta para buscar la grande a quedado clara, su mirada y la de sus hermanos está en Mérida, no hay vuelta atrás en sus planes.
Al inquilino le quedó claro que tiene que negociar, lo que aún no deja claro es el con quien está negociando, tres cabezas hoy son las que tiene, emulando al can cerbero esté no deja de dialogar por sus tres bocas como sus tres opciones de negociación: Con YSQ, el segundo inquilino o su caballo de Troya que no da PAZ.
Hay brazos caídos, aceptación, huelen la derrota, sin embargo cosas seguirán ocurriendo al interior y al exterior, mientras el tiempo corre, el poder se debilita, mientras más días transcurren los acuerdos cambian, en tanto sigan sucediendo cosas, la muerte del Rey se acerca.
Los túneles del centro escuchan, replican y quienes los escuchan multiplican y socializan, el acceso de palacio a pasaje pichetas permite el tránsito de información sin control, el inquilino aún no lo sabe, los del primer círculo están transitando al otro palacio para ofrecer su lealtad.
Más de uno de aquellos del primer círculo y a modo propio se han ido a entregar a la voluntad de quien piensa será el ungido en urnas, tal parece que no fue suficiente la gula acontecida en el atraco de cinco de seis años que durará la administración.
Los glotones se frotan las manos, aun no saben se la investigación que la Unidad de Inteligencia Financiera ya tiene en sus manos, cuya finalidad será la negociación, por eso tal vez hasta la joya de la corona pierdan.
Cuentan por ahí que el gordito le dieron una sopa de su propio chocolate y ya no está tan contento con el inquilino, pareciera ya estar haciendo su propio juego.
El Rey aun no muere y las ficha se mueven
Demócrito de Abdera
