Durante la audiencia general del Papa Francisco en el Vaticano, dos activistas de PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) interrumpieron el evento para protestar contra las corridas de toros. Los manifestantes, vistiendo camisetas y sosteniendo pancartas con el mensaje “Las corridas de toros son pecado”, exigieron al Pontífice que condene públicamente esta práctica y que la Iglesia Católica corte todos los lazos con tales actividades.
El incidente ocurrió en medio de la Plaza de San Pedro, donde el Papa Francisco se dirigía a miles de fieles. Los manifestantes fueron rápidamente retirados del lugar por la seguridad del Vaticano. Esta acción forma parte de una campaña global de PETA para poner fin a las corridas de toros, una tradición que consideran brutal y arcaica.
PETA sostiene que cada año, miles de toros son sacrificados en eventos dedicados a santos católicos, lo que genera un sufrimiento innecesario a los animales. La organización ha llamado la atención sobre la necesidad de que la Iglesia Católica, con su influencia global, condene esta práctica. El sacerdote británico Terry Martin, quien apoya la campaña de PETA, destacó las palabras del Papa en su encíclica Laudato si’, donde afirmó que “cualquier acto de crueldad hacia cualquier criatura es contrario a la dignidad humana”.
Hasta el momento, la Iglesia no ha emitido un comentario oficial sobre esta protesta. Sin embargo, la intervención de los activistas ha generado un debate sobre la posición de la Iglesia respecto a las corridas de toros, una práctica que, aunque culturalmente arraigada en algunos países, enfrenta creciente oposición por motivos éticos.
