El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado que el reciente ataque masivo contra la infraestructura energética de Ucrania es una respuesta directa a los bombardeos en territorio ruso realizados con misiles de fabricación estadounidense. Según Putin, estas acciones son una represalia por los continuos ataques que Rusia ha sufrido con misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos a Ucrania.
Durante una cumbre en Kazajistán, Putin detalló que la operación rusa involucró el lanzamiento de 90 misiles y 100 drones, dirigidos a instalaciones militares, de la industria de defensa y sus sistemas de apoyo en Ucrania. El mandatario enfatizó que estas medidas fueron tomadas en respuesta a los ataques ucranianos con misiles de largo alcance occidentales, subrayando que Rusia continuará respondiendo de manera similar a futuras agresiones.
Por su parte, las autoridades ucranianas informaron que más de un millón de hogares quedaron sin electricidad tras el ataque, que se centró principalmente en infraestructuras energéticas civiles.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó este bombardeo como “otra escalada especialmente perversa en las tácticas terroristas rusas”, haciendo referencia al uso de municiones de racimo en el ataque.
Este intercambio de ataques marca una intensificación significativa en el conflicto, especialmente tras la autorización de Estados Unidos para que Ucrania utilice misiles de largo alcance en operaciones dentro de territorio ruso. El Kremlin ha advertido que esta decisión añade “leña al fuego” y podría llevar a una escalada aún mayor de las tensiones internacionales.