Reflexiones en voz alta, por: Carlos Capetillo Campos.
carlos_capetillo@hotmail.com
Ahora si viste de chamarra roja identificándose así como
priista, lo que le puede significar camino de conectarse con la base del
partido.
Esta
semana tuve la oportunidad de presenciar dos programas de televisión, en que un
grupo de periodistas diferente entrevistó al candidato de la coalición que
encabeza el PRI, José Antonio Meade.
Uno
de los programas llamado Tercer Grado de la cadena Televisa y otro de la
televisora Milenio. Y fue un desperdicio.
Esos
llamados periodistas y algunos escritores desperdiciaron la oportunidad de sus
televidentes de conocer las respuestas del candidato, ya que ellos, los
entrevistadores, creen que invitar a una persona a su casa, es para preguntarle
y no dejarlo contestar, interrumpirlo, hablar a gritos y todos al mismo tiempo,
lo que hizo ininteligible el intento de respuesta.
Que
desperdicio, mostrando una falta de educación y de respeto al invitado.
Pueden
simpatizar o no con el candidato, pero si ya lo invitaron lo menos que pueden
hacer es tratarlo con educación y por respeto al auditorio, dejarlo hablar, dar
su respuesta a las preguntas que se supone que son inquietudes de sus
televidentes.
Muy
diferente su actitud ante el candidato de Morena, con el que asumieron una
actitud no solo tímida sino hasta temerosa, dándole todo el tiempo que quiso
para sus respuestas en medio de un silencio más que respetuoso.
Entre
las preguntas al candidato Meade que se lograron escuchar, destacó la que le
formularon en el sentido de que, si cree que Romero Deschamps el líder
petrolero es honesto, y si Napoleón Gómez es honesto. La respuesta fue muy
clara: contra Napoleón hay denuncias formales y en contra de Romero no hay
ninguna denuncia formal y si ellos conocen los delitos y tienen pruebas que
denuncien formalmente.
Otra
pregunta fue que como le va a hacer para ganar con una desventaja de tal
magnitud.
La
respuesta fue clara: si las encuestas definieran las elecciones para que se
realizan elecciones, es más barato en todo, tomar las encuestas y definir así
el proceso.
Pero
lo que me llamó la atención es un cambio de su actitud. Ahora si viste de
chamarra roja identificándose así como priista, lo que le puede significar
camino de conectarse con la base del partido.
Se
le ve ahora muy echado para adelante, con una actitud que debió asumir desde el
principio, abandonando así su actitud de funcionario que no emociona. Esto debe
de redituarle beneficios electorales. Un poco presionado de tiempo, pero la
maquinaria del PRI es muy buena y el cambio de su dirigencia nacional debe
ayudar también.
El
insistir de que era un candidato ciudadano y no del PRI prácticamente lo dejó
solo, ahora que asume su realidad de que es candidato del PRI debe avanzar en
la estructura del Partido tricolor y si lo hacen su candidato, entonces si
entra a la pelea por el triunfo.
La
lejanía de una especialista en hacer mal las cosas, parece que le está haciendo
bien. No hay duda de que es el más preparado, el más serio, el que sería sin
duda un mejor Presidente.
Lo
único preocupante es quienes lo rodean. Debe cuidar la percepción popular ya
que está pidiendo el voto del pueblo y el pueblo está harto de corrupción y de
que el gobierno no sepa comunicar sus logros.
Y
si bien la corrupción es un acto individual, la impunidad es una tolerancia del
gobierno que debe acabar ya.
El
candidato Meade señala que hay tiempo y como interesado debe tener los
elementos suficientemente sólidos para afirmar tal cosa.
Esto
se pone bueno y se pondrá mejor al paso de los días.
Te saludo cordialmente.
