Por: Ismael Méndez Camargo.
Mérida, y sobre todo Yucatán han sido considerados lugares tranquilos para vivir y gozar de cierta paz social y armonía familiar, sin embargo en los últimos meses hemos visto con preocupación ciertas manifestaciones de personas que bajo el slogan de marchas pacíficas han vandalizado avenidas y monumentos que forman parte de la riqueza histórica de nuestra ciudad capital, sin que existan protocolos de prevención para evitar los daños a tan icónicos sitios como el Paseo de Montejo y calles del Centro Histórico, que hasta hoy muestran los estragos del mencionado vandalismo.
El ocho de marzo del año pasado, las manifestantes por el Día Internacional de la Mujer, protagonizaron una marcha de protesta, supuestamente para reclamar la violación de los derechos fundamentales de las mujeres en el mundo y en particular en México, sin embargo de pacífica no tuvo nada, pues se dedicaron a deteriorar los monumentos del Paseo de Montejo, siendo los más afectados el Monumento a la Patria, y los que hacen homenaje a Justo Sierra y Felipe Carrillo Puerto, así como la base de la estatua de los Montejo, en la parte llamada el remate, que fueron afectados con pinturas de aerosol y daños menores de la estructura y la jardinería.
Y es la fecha ahora en el mes de enero, que no han sido reparadas y restauradas, con un peloteo entre las autoridades gubernamentales y El corrupto INAH, que no se ponen de acuerdo para resarcir los daños, dando una mala imagen a una de las avenidas más bellas y emblemáticas no solo de nuestra ciudad capital, sino también de México. Este vulgar espectáculo pictográfico demuestra de manera fehaciente la mala educación de quienes se ostentan como reclamantes pacíficos de unos derechos que no merecen con este tipo de actitudes, pues no se puede reclamar con violencia ningún tipo de derechos civiles o de cualquier otro tipo.
Posteriormente se hizo una marcha de mujeres abortistas en el mes de octubre, que atacaron vilmente el monumento a la maternidad, en el parque de la madre, en pleno corazón de nuestro centro cultural y gastronómico, como también destruyeron y quemaron las letras con en nombre de Mérida frente al palacio municipal en plena plaza principal, en ambos casos se notó la ausencia de los policías municipales, poniendo en riesgo la integridad de los turistas y paseantes que circulaban en ese momento. Afortunadamente dichos símbolos fueron reparados por el Ayuntamiento, pues son parte de la circunscripción de dicha administración, luciendo sus mejores galas, pues también recibieron mantenimiento las áreas aledañas a los mismos.
¿Qué notamos en todos estos acontecimientos? Pues ni más ni menos que una gran ausencia de las corporaciones policíacas del estado y del municipio de Mérida y afortunadamente no hubo lesionados o personas afectadas, aunque la circulación vehicular se vio afectada durante varias horas causando perjuicio a los restaurantes y cafeterías que en ese momento estaban muy concurridas por ser zona turística. Estas omisiones, no cree la ciudadanía que sea falta de capacidad de las corporaciones policíacas, pues no son cosas de otro mundo, viéndose a leguas que se trata de un miedo a perder voluntades de los votantes en las ya próximas elecciones tanto estatales como municipales, donde se elegirá alcalde meridano y gobernador.
Ante el miedo de que acciones de represión de los agresores que sin duda atentan contra los derechos de quienes no tienen vela en el entierro y son totalmente ajenos a las protestas, siendo que la gran mayoría de las personas, opinan que con violencia no se llega a nada y siente inseguridad de la policía que protege de cierta manera los actos de gamberrismo y vulgaridad de personas que no resuelven nada, pues los actos contra las mujeres siguen, pero las autoridades no se dan abasto para castigar a los delincuentes. Cabe recordar que los derechos de quienes se manifiestan, terminan donde empiezan los de los demás ciudadanos; Sería bueno que alguien les recordara a los insurrectos, sin pretender dar clases jurídicas que el derecho es bilateral, con obligaciones y respeto inherentes para la sana convivencia humana.
Este tipo de acciones y actos vandálicos no se los hacían a Víctor Cervera Pacheco, pues siendo que el Partido Revolucionario Institucional era dominador de los escenarios políticos durante muchos años, al señor no le temblaba la mano para poner orden y respeto entre la ciudadanía. Hoy en día ante la alternancia de los frentes políticos de diversas facciones, y ante la gran voracidad de sus integrantes que se disputan a muerte los sufragios de la ciudadanía, pues traen como consecuencia la displicencia para actuar en el orden público, con las afectaciones antes mencionadas, creando sensación de inseguridad cuando se presentan las manifestaciones, que ninguna forma son pacíficas.
