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¿Qué paso?

Carlos Capetillo Campos
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Reflexiones en voz alta, por: Carlos Capetillo Campos.

carlos_capetillo@hotmail.com / @capetillocampos

El Presidente desaparecido, Enrique Peña
Nieto, rindió el último informe de su gobierno. En el Patio Central del Palacio
Nacional, ante unos 1,500 invitados especiales, en el que trató de hacer un
recuento de los hechos más significativos de su gobierno, haciendo énfasis en
que nunca pensó en su popularidad personal, sino en el bien de México y que
sabía que las reformas estructurales afectarían intereses personales, pero eran
necesarios para el futuro del país.

Dijo que cumplió el 97 por ciento de los
compromisos firmados ante Notarios Públicos durante su campaña. No va a faltar
quien haga una revisión minuciosa para comprobarlo.

Reconoció que falló en la paz y seguridad
para el país, pero derivó la culpa a las autoridades locales que no se
preocuparon por proporcionarle equipos de todo tipo y de alta tecnología a sus
policías y sobre todo capacitarlos y mejorar sus condiciones de vida y no
pudieron o no quisieron combatir a las múltiples pandillas pequeñas que
sustituyeron a los grandes carteles. Y
puede tener razón, pero para efectos reales lo que cuenta es la percepción
popular.

El gobierno federal a pesar de los
recursos cuantiosos que manejaron en comunicación social, no tuvieron la
capacidad para encontrar a especialistas que entendieran el sentir popular para
poder comunicarse en forma entendible con la sociedad.

Cuando se ven los indicadores de la
aprobación a la gestión presidencial, en agosto del 2013 superaba el 54 por
ciento, un año después rebasaba el 56, es decir mejoró por acciones que logró
donde sus antecesores fracasaron, como el Pacto por México y de allí hasta el
fin de su mandato fue una caída libre que llegó a su fin de gobierno sin
alcanzar el 20 por ciento.

Lo más dramático de los últimos sexenios.

Hoy muy pocos se acuerdan de los logros
importantes del presidente Peña Nieto, la opinión pública tiende a mantener más
a mano los malos recuerdos que los buenos y esto no lo previeron los
comunicadores sociales del gobierno.

Por otro lado, los nuevos funcionarios,
algunos ya en funciones como los legisladores federales, y los próximos
miembros del gabinete anuncian medidas como la gran novedad y así lo presentan
los medios, como por ejemplo el subastar la flotilla de automóviles de loa
senadores, cuyo virtual presidente de la Junta de Coordinación Política del
Senado, Ricardo Monreal, de Morena, al que conocí cuando se desempeñaba de
Gobernador de Zacatecas y yo cumplía mis responsabilidades como Director
Regional del IMSS, con base en Monterrey, Nuevo León, al que pertenecía su
Estado y tanto él como Enrique Martínez de Coahuila, fueron los gobernadores
más interesados por apoyar al IMSS y participar en los programas que inclusive
en algunos casos, ellos plantearon y juntos promovimos.

El Senador Monreal, declaró que los 170
vehículos de la Cámara Alta serán subastados y los recursos que se obtengan
serán reintegrados al erario.

En 1981, cuando me desempeñaba como
Director General de Cordemex, empresa yucateca de presencia mundial, pero
identificada por los yucatecos como símbolo del despilfarro, ineficiencia y la
corrupción, se vivía el mismo problema con relación a los vehículos, que se
encontraban muchos de ellos y los que estaban en mejores condiciones, al
servicio de los directivos y funcionarios, inclusive a algún pariente que
estudiaba y vivía en Monterrey, Nuevo León.

Ordené la concentración de todos los
vehículos en los patios de la empresa; era impresionante la cantidad de
vehículos concentrados.

Se levantó el inventario por los
funcionarios Pedro Rodríguez Cruz, Julio Sosa Loret de Mola, Félix Sánchez y
Luis Gamboa.

Se les dejó el vehículo bajo resguardo,
con un control del consumo de combustibles y lubricantes y servicios de
mantenimiento, al área de mantenimiento, a la Dirección General un vehículo y
uno al Centro Social y Cultural de la empresa.

Se solicitó a la Cabin, organismo oficial
para el avaluó de bienes del gobierno federal, tanto por venta como de compra y
se les ofreció a quienes los usaban para que los adquirieran con facilidades de
pago, pero ellos cubrirían los gastos que antes cubría la empresa como
combustibles, lubricantes, mantenimiento, seguro y demás.

Lo dispuse como medida de orden y
eficiencia administrativa, como debe ser en todas las dependencias y de esto
dieron cuenta los medios de comunicación de ese entonces. En ellos se encuentran
las fotos, las notas de los periodistas y demás.

Y esto fue hace 37 años. Como vemos no hay
nada nuevo bajo el sol.

Te saludo cordialmente.

Carlos Capetillo Campos
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