Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
Dinero, poder, supremacía racial y social; estatus económico, belleza indescriptible, y más, muchos más adjetivos y calificativos podríamos usar para definirnos, si nosotros los seres humanos. Características de las últimas décadas, tal vez centurias, pero sin duda una constante por mostrar quien es mejor o superior con respecto a otros o los demás.
¿Pero, en realidad qué somos, quiénes somos, a grado tal que nos hemos atrevido no tan solo a desafiar a la naturaleza sino a agredirla, a destruirla y hoy ricos, pobres, famosos, comunes, etcétera, etcétera, estamos pagando nuestro ego de superioridad y de sentirnos intocables, únicos.
La verdad no se si el origen del virus (COVID-19) fue producto del consumo de alguna especie animal enferma o de la mutación entre dos o tres animales, no se, como tampoco sé si es o no resultado de una guerra bacteriológica entre las potencias que se disputan el mandato del mundo en los económico, político y social, sin importar el costo; lo que sí se es hoy la mitad del mundo está recluida en sus casas, unos por precaución y otros más por pánico y miedo.
También se del dolor, el enorme dolor en las personas que contrajeron el virus y más aún de aquellas que lucharon pero no lograron superarlo. De sus familias que sufren, tal vez más que aquellos que hoy ya descansan, y que viven (vivimos con la incertidumbre) del qué pasará.
Hoy los seres humanos estamos pagando nuestro ego y nuestra prepotencia. La naturaleza -se ha dicho millones y millones de veces- es sabia. Simplemente no hemos hecho caso. Así de simple.
Como ser humano me duele y me preocupa. Confío en quienes me rodean, en quienes viven en mi cuadra y en mi colonia y desde luego deposito mi fe y esperanza en aquellos que nos gobiernan y también en las personas que se exponen por mi, por ti y por todos.
Hoy en sábado 4 de abril, inicio de un periodo sagrado para la reflexión. Aprovechémoslo, meditemos y veamos que sólo somos como dice aquella canción de Arkansas “polvo que se lleva el viento” nada más.
Saludos y que Dios los cuide.
