En la pantalla, por: David Moreno.
Lila Cassen era una estrella rutilante del universo pop. Una de esas que marca la vida de quienes le siguen de manera casi religiosa. Pero como sucede con muchas estrellas de la música, un día, en plena cúspide, decide desaparecer de los escenarios. Hasta que un día es encontrada en una playa en la que ha sufrido un accidente. La encuentra Blanca, su mejor amiga quien le auxilia y – tal vez una vez más – le salva la vida. Al despertar, Lila recibirá una fulminante noticia, la única noticia que hace que las grandes figuras despierten del letargo e intenten un regreso a los escenarios: está arruinada. Pero ese regreso es imposible pues a raíz del accidente Lila Cassen ha perdido la memoria artística. No recuerda como cantar, como moverse en escena, como ser esa diva que imprimió su estilo en toda una época. Entonces un video aparece en internet y en él Lila mira a una imitadora en un Karaoke, alguien que es capaz de copiar cada uno de los movimientos, de los gestos, de las variaciones en la voz que hicieron de Lilia Cassen una leyenda. Es quien puede regresarle la memoria. Así a su vida entrará Violeta, una mujer de mediana edad que duerme con playeras con la imagen de Lila Cassen estampada en ellas, que ha desarrollado una devoción hacía la artista y su música. Una mujer que es empleada del bar en el que fue grabada y que vive con una hija con la que mantiene una tensa y manipuladora relación. Las vidas de Lila y Violeta se cruzarán inevitablemente. Una se convertirá en la memoria de la otra, el ídolo que de pronto se convierte en un ser terrenal y la entrada al Olimpo de una simple mortal que tiene la oportunidad de paladear lo que significa estar en una gloria con la que siempre soñó.
Es la premisa de Quién Te Cantará, el tercer largometraje de Carlos Vermut en el cual el director planteará un complejo entramado emocional, vivencial. Un relato en el que la memoria jugará un papel importante hasta el punto de perderse en las intrincadas y complejas personalidades de las protagonistas y de las dos mujeres con las que conviven diariamente. Vermut va a estirar esas relaciones hasta llevarla a un límite en el cual la colisión emocional será inevitable. Y lo será por los fantasmas que atormentan tanto a Lila como a Violeta. Fantasmas que se mueven en una atmósfera que apabulla, que intimida, que genera espacios en los que las dos mujeres van a reconocer sus miedos, sus limitaciones y los secretos que las han llevado a estar en la cima y en el más profundo de los abismos. Se trata de un universo plagado de pequeñas pero elocuentes metáforas las cuales funcionan para contar una historia en la que el abismo está representado por los profundos despeñaderos en los que se ubica la mansión de Lila Cassens, un abismo en el que la caída es inevitable.
Pero Vermut se tomará el tiempo necesario para ello porque está claro que las prisas no son lo suyo, por el contrario lo que aparece es un cine en el que es importante el desarrollo de los personajes. Para ello pondrá al servicio de la historia a actrices excepcionales. Najwa Nimri es enigmática casi por naturaleza y es capaz de aprovechar esa característica en cada uno de los papeles que interpreta, pero lo hace siempre dotando a cada rol de una característica única. Su Lila Cassens mira al mundo como algo nuevo, mira a sus discos de oro colgados en la pared como logros de otra persona y se adentra en la vida de Violeta con cierta precaución como si evitara confrontarse con un mundo diferente al de la fantasía en el que ha habitado por varios años. Eva Llorach es capaz de transmitir todo con la mirada, una mirada que habla con diferentes voces: la de la madre que mira con miedo a su hija, la de la fanática que convive con su ídola de siempre y la de la mujer frustrada con lo que el destino le había preparado y con el miedo que siempre aparece cuando se presenta la posibilidad de cambiar, de girar a lo que se piensa que debió pasar, al tránsito de la añoranza a la realidad, del sueño a una verdadera y lastimosa pesadilla.
Quién Te Cantará es una película que explora temas como las relaciones entre madres e hijas, entre amigas, el triunfo y lo que se tiene que hacer para alcanzarlo y las verdades construidas con secretos cimientos que les van dando forma y que se convierten en lozas que, por más que se intente hacerlo, resultan inamovibles. Es una película llena de plasticidad, de escenas y secuencias a las que el montaje dotará de una expresividad muy particular, minimalista por momentos, que explotarán con majestuosidad en un epílogo al que se llega creando nuevos recuerdos por sobre los escombros de aquellos que terminan hundidos en las dolorosas profundidades del océano, fuente de vida y a la vez de muerte. Paradoja sobre la que es posible construir una intensa y espectacular historia.
