La ciudad de Quito, capital de Ecuador, enfrenta una situación crítica debido a varios incendios forestales que han devastado áreas del centro y norte de la ciudad desde el 24 de septiembre. Según las autoridades, estos incendios habrían sido provocados deliberadamente, lo que ha generado una rápida movilización de los cuerpos de emergencia y el gobierno para combatir las llamas y prevenir más daños.
Los incendios, localizados principalmente en los sectores de Guápulo, La Tola y Bellavista, han cubierto de humo la ciudad y afectado gravemente la calidad del aire, lo que llevó al Ministerio de Educación a suspender las clases presenciales en todo el distrito metropolitano. Asimismo, el alcalde Pabel Muñoz informó que el municipio ha suspendido la jornada laboral en varias de sus dependencias por razones de seguridad.
Hasta el momento, el alcalde Muñoz ha calificado la situación de “crítica”, y señaló que las labores de extinción podrían extenderse durante toda la noche. Cerca de 215 bomberos, junto con helicópteros militares, están trabajando incansablemente para controlar las llamas, apoyados por ciudadanos que forman cadenas humanas para pasar baldes de agua y evitar la propagación del fuego.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, canceló su participación en la Asamblea General de la ONU para regresar a Quito y coordinar las acciones ante la emergencia. Noboa advirtió que, si se confirma que los incendios fueron provocados, los responsables serán procesados por terrorismo. Se han encontrado evidencias, como canecas con materiales inflamables, en los alrededores de los incendios, lo que refuerza la hipótesis de que los siniestros fueron premeditados.
Mientras tanto, la población de Quito enfrenta las consecuencias de la peor sequía en décadas, lo que ha intensificado la propagación de incendios forestales en varias zonas del país. Esta crisis climática ha generado no solo la destrucción de más de 1.800 hectáreas en Quito desde julio, sino también problemas en el suministro de agua y energía, con cortes programados de hasta 12 horas en algunas provincias.
El gobierno ha ofrecido recompensas a quienes puedan proporcionar información sobre los posibles responsables de los incendios, mientras la Fiscalía ya ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos.
